Coronamiento

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(N/A) Capítulo dedicado a mi mejor lectora y betaescuchadora <3 

El vestido en multimedia es más o menos cómo me imagino el de Rose. No pude encontrar nada cercano al traje de Scorpius:(

Y bueno, no estoy lista para acabar, lean mi nota al final porfis.

Y bueno, no estoy lista para acabar, lean mi nota al final porfis

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«Es hoy», se repite Scorpius como por octava vez en el día.

La primera vez, se lo dijo al despertar. Rose estaba a su lado, con los ojos cerrados. Pero él sabía que estaba despierta. Su respiración iba muy rápido, y la mano que no estaba del lado de Scorpius estaba empuñando la sábana.

Scorpius le había dado un beso, sin importarle demasiado que ninguno se hubiera lavado la boca. Quería hacer algo para desarrugar su ceño fruncido. Lo que fuera.

Estuvo a punto de preguntarle si quería posponer la boda, o cancelarla.

Pero Rose le sonrió, y le dijo que iba a extrañarlo, ya que no se volverían a ver después del desayuno hasta la llegada al altar.

«No tiene mucho sentido», pensó Scorpius.

Se habían llevado por delante más de media docena de tradiciones referidas a los matrimonios, ¿por qué tendría que abstenerse de verla? Es más, debería ser el primer en admirar cómo le queda su vestido.

Y es lo que va a hacer.

Porque Scorpius ha soñado con este día desde hace más de veinte años, y lo único que ha permanecido igual es la identidad de la novia. No recuerda haber soñado con la sorpresa de verla subiendo al altar, sino con la felicidad, así que ¿por qué cambiar eso? Va a ser igual de feliz si tiene un momento para verla a solas y antes que cualquier otro.

Lily entra a la habitación en la que está se arreglando, que está casi seguro que pertenece a Henry Lupin.

—¿Todo listo? —pregunta la pelirroja como si no lo estuviera viendo.

—¿No se suponía que ibas a supervisar a Rose? —inquiere Albus, poniéndose por delante de Scorpius, a quien se le hace un ademán protector.

—Sí, sí, pero han llegado Kristina y Pavea, y parece que no existo —Lily resopla y rodea a su hermano—. Al fin alguien que sabe anudarse la corbata —Aun así, revisa el nudo de Scorpius, y luego las solapas de su chaqueta.

—Deja —Albus la toma de los hombros—, que si quiere meter droga a su boda, problema de Scorpius.

Ambos sueltan una carcajada. La primera de Scorpius en el día. ¿Qué sería de él sin su mejor amigo?

Ahora, ¿podrá ayudarlo a escabullirse a donde sea que esté Rose? ¿en el laberinto llamado Madriguera? ¿siendo custodiada por Kristina y Pavea?

Ni Albus puede hacer esos milagros.

Relatos con sabor a menta y canelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora