Elévanos

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Mi mañana se viste de grana y de cáñamo,
solacio de incienso, suspenso en mi témpano,
helado, palpita...
estatuas de ébano mi prado transitan;

estoy indefenso, atado de manos a un álamo.
Paganos hallan en mí una sed arcana
de plantar vegetación sobre los médanos,
de hilvanar papiro con la seda de mi tálamo

(elévanos);

soy diana para el ojo de un anónimo, proscrito,
vana sombra de un reloj, ora infinito, ora adverso.
Feroz despojo, nombra tu grito, tú, que eres extenso,
porque yo callo mientras toda mi brevedad medito.

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