Capítulo 1.

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Loki se desperezó sentado en su cama, hacía un día muy bonito afuera y pensó que sería agradable salir a dar un paseo. A pesar de que era el primer día de su celo no sentía ninguna molestia, había aprendido a dominar y mantener a raya sus hormonas haciendo uso de su magia, normalmente experimentaba los típicos calores cuando un alfa se le acercaba mucho, por lo que, en esos días, prefería aislarse un poco, y si a veces tomaba los inhibidores que le daba Bruce era solo para ocultar su aroma, que por supuesto, él no sentía.
Extrañamente estaba de un muy buen humor esa mañana, tal vez era porque el engreído de Stark no estaba, nunca se llevó muy bien con el omega, a los dos les agradaba ser el centro de atención y vivían en una eterna competencia, así que no tenerlo cerca le brindaba una paz inmensa.
Dio un largo bostezo y se levantó, apenas eran las nueve de la mañana y seguro que en algunos minutos alguien lo llamaría para desayunar, se les había hecho costumbre compartir juntos las comidas al menos una vez a la semana, y siempre se turnaban para cocinar. Entonces, se dio una ducha rápida y se vistió lo más casual que su vanidad le permitió, había empezado a cepillar su cabello cuando, en efecto, alguien llamó a su puerta.

—Pasa. —invitó el azabache indiferente, creyendo que lo más probable era que sea Bruce.

La puerta chirrió un poco al abrirse, dejando ver una cabellera rubia asomándose con timidez.

—Loki, el desayuno está... —Las palabras no dichas se quedaron atoradas en la garganta de Steve, cuando éste sintió el peculiar aroma que inundaba la habitación.
Agudizó sus sentidos por instinto, olfateando el aire con casi desesperación, el olor dulzón que despedía Loki lo había envuelto por completo, y movió sus piernas hacia el interior del cuarto, buscando la fuente de aquel olor tan embriagante.

Loki pareció no darse cuenta de nada, y siguió en lo suyo sin darle la cara —Voy en un momento. —dijo, pasando el fino cepillo por sus hebras negras, logrando que su olor se intensifique todavía más.

Un sonoro suspiro acarició la piel trasera de su cuello, haciendo que de un respingo. Sin darle mucho tiempo a reaccionar, Steve había acomodado su cabello hacia un costado, abriéndose paso en su cuello y acercando su nariz hasta la glándula de olor de Loki, aspirando su aroma con vehemencia.

—Loki... Estás en celo. —susurró, pasando su lengua sobre la pálida piel, queriendo chuparla y morderla.

Un escalofrío le recorrió la espalda a Loki ante las repentinas caricias del Alfa, soltó un pequeño gemido de asombro y se apartó de un salto.

—¿Qué mierda crees que haces? Si Stark se entera...

Steve parpadeó un par de veces, atontado, lo miró largamente en silencio y sólo después pareció atar cabos en su cabeza y darse cuenta de lo que había hecho. Aún así, no creyó que hubiese sido algo malo, Tony le había dejado muy en claro que él no buscaba nada serio, y su relación siempre fue abierta, sin marcas o anudamientos de por medio, para ambos estaba bien y siempre se sintieron cómodos así.
De todas formas sintió un poco de vergüenza por dejar que sus bajos instintos le hayan dominado de esa forma, pero es que ese olor a menta y miel había sido irresistible, lo había hipnotizado, y simplemente no pudo evitar correr a su llamado.

—Dios... Lo siento, Loki. Eso fue muy inapropiado de mi parte. —Se disculpó, un leve rubor cubrió sus mejillas.

—Como sea, no importa. —Loki manoteó en el aire, luchando por calmar sus erráticos latidos. Esos roces tan íntimos lo habían removido, y ciertamente empezaba a sentirse acalorado —. Pero si te me vuelves a acercar de esa forma, te cortaré las bolas. —amenazó, antes de pasar al lado del rubio para salir de la habitación.

Steve aspiró con fuerza el halo aromático que Loki dejó al pasar, sintiendo una abrumadora necesidad por correr detrás del omega, estamparlo contra alguna pared y calmar la necesidad de ambos. Frenó sus pensamientos cuando sintió algo endurecerse entre sus piernas.

¿Destino o Amor? | StokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora