Capítulo 6.

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Steve se removió entre las mantas de su cama, iban a dar las seis de la mañana y él no había podido pegar el ojo en toda la noche, ¿por qué? No lo sabía. 

Salió de su habitación habiéndose dado por vencido en la tarea de tratar de dormir un poco, y pensó en comer algo antes de empezar con sus deberes del día, aún era muy temprano e intuyó que Loki seguiría durmiendo, así que empezó su rutina dispuesto a que nada ni nadie le perturbara más los pensamientos. 

No pudo, por más que lo intentó. 

Esa mañana las nubes habían decidido desaparecer dándole paso a un bonito cielo azul donde el sol apenas se asomaba con timidez por el este, no corría mucho viento y a Steve le pareció que sería un buen día. El clima era agradable, pudo ejercitarse sin interrupciones y encontró un poco de yogurt de vainilla en la nevera, todo era perfecto, por lo que no entendía porque se sentía tan inquieto.

Volvió a ver la hora y se preguntó si Loki ya estaría despierto, si tendría hambre o si estaría necesitando algo, pero por si acaso, se dijo, le iría preparando el desayuno. 

Para su sorpresa había encontrado la cocina por completo desolada, y dándole un vistazo rápido a todas sus reservas se dio cuenta de que no sabía qué era lo que le gustaba comer al hechicero, pensamiento que le llevó a una simple conclusión: No sabía absolutamente nada de él. Este hecho le entusiasmó y desánimo en partes iguales, al menos ahora tenía muchas preguntas con las que poder armar una plática decente con Loki. 

—Oh, bien. Tendré que improvisar. —habló en voz alta, creyendo que aún se encontraba solo y tomando lo necesario para preparar pancakes. 

—Hey cap, piensa rápido. —Algo suave pero firme se había estrellado en su cabeza, no le causó dolor pero sí le hizo volver a la realidad. Una pequeña pelota morada de hule rebotó en el piso y la risa de Clint llegó a sus oídos —. Oh, al parecer sigues dormido. —El arquero se acercó y tomó asiento en la mesa. 

—Estaba distraído, no te oí llegar. —Se defendió Steve, vertiendo la mezcla seca en un bowl para luego disolverla con un poco de leche. 

—Así que soñando despierto... ¿pensabas en Tony? Ese bastardo ni siquiera contesta las llamadas. —Se quejó, jugando con la pelota que recogió. 

—No, pensaba en mi desayuno. —No lo miró, toda su concentración estaba en la masa que ahora empezaba a adquirir la textura necesaria. 

—Ah sí, claro ¿Que comeremos hoy? —preguntó, estirando el cuello para ver lo que hacía Steve. 

—Clint, no quiero ser grosero, —le dijo, retirando el bowl y dándose vuelta hacia la estufa —, pero yo me encargué ayer de los alimentos, que alguien más lo haga hoy. 

—¿Entonces para quién es lo que estás preparando? Y no me digas que para ti, porque conozco a la perfección tu dieta matutina. —le señaló, arqueando una ceja y con los ojos entornados. 

Steve se congeló un segundo —Yo... Um... 

—¿Eso que huelo son pancakes? Que bien, tengo hambre. —La voz de Thor a sus espaldas le hizo callar. 

—No te ilusiones, Steve decidió ser rebelde hoy y no nos hará el desayuno. —dijo Clint, chasqueando la lengua al final. 

—¿Y esos para quién son? —preguntó el más grande, y Steve solo fingió estar muy concentrado volteando el pancake en la pequeña sartén de teflón. 

—Ah, no me quiso decir, tal vez para algún omega misterioso al que está tratando de conquistar, Stark se pondrá histérico cuando se entere. —dijo Clint, medio en broma, con el típico tono hilarante que empleaba para meter cizaña. 

¿Destino o Amor? | StokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora