El ascensor.

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[Kirstie]

- Oye, Kirst, - dijo Scott - Mi madre está llegando, voy a bajar a recepción para esperarla.

-Bien, yo me quedo. - Me levanté - Te acompaño hasta el ascensor.

- Vale - Scott soltó una pequeña sonrisa.

Salimos por la puerta y fuimos hacia el ascensor, a un ritmo no muy rapido, mas bien... Me atrevería a decir que lento, como si los dos quisieramos disfrutar del camino. Había entre nosotros un silencio algo incómodo, hasta que finalmente Scott habló:

- Me he alegrado mucho.

- ¿Qué?

- Me refiero... Por lo de Mitch... Ya verás mañana va a estar despierto, igual que antes, y en un par de semanas volveremos a quedar los tres.

- Quien sabe... Todo puede pasar. Yo tambien me he alegrado mucho. Esperemos que todo vaya bien. - Llegamos al ascensor. - Bueno, ya estamos.

- Si... Se me ha echo corto - soltó una humilde carcajada. Aquella carcajada me sacó una sonrisa. Scott llamó al ascensor. Me quedé esperando a que el ascensor llegase.

- Tarda mucho en venir... - Dijo Scott

- Ya... - Sonreí. Scott me miró a los ojos. Me acerqué a él y le cogí de la mano. Poco a poco nos ibamos acercando. Apoyé mi cabeza en su hombro y él me miró sonriendo.

- Mira, ya está aquí. - Dijo Scott. - Bueno, voy bajando, espero que mi madre no tarde mucho en venir...

Me acerqué a él y le dí un pequeño beso.

- Te esperaré en la habitación.

- Hasta ahora - los dos nos reímos. Se cerró la puerta del ascensor y comenzé a andar hacia la habitación.

Entré en la habitación y me dirigí a la silla donde siempre me sentaba. La acerqué aun mas a Mitch, le agarré de la mano y empezé a hablarle.

- Hola Mitchy, soy Kirstie. No sé ni que estoy haciendo si ni siquiera se si me escuchas... - Me reí - Parece que estoy hablando sola...

Mitch, te echo de menos... Necesito que vuelvas... Quiero... Quiero volver a estar como antes... Tu, Scott y yo, quedando por ahí... No se que haría sin tí... Te quiero mucho... Ya se que lo hemos dejado y tal... Pero yo aun siento algo por tí... Y te quiero mucho como amigo también... No te quiero perder... No soy capaz de imaginarme la vida sin ti...- El doctor abrió la puerta.
-Hola chiquilla, ¿Cómo vas? ¿Has hablado con Mitch?
-Si, estaba hablándole ahora mismo.
- Uy, siento haberte interrumpido, pero tengo que venir a cambiarles el suero.- Dijo mientras cambiaba aquellas bolsitas con líquido que al parecer alimentaban a Mitch a través de las venas.
-¡Tranquilo! Faltaría más.
-Bueno, esto ya está, os dejo. -El doctor salió por la puerta. Yo retomé la conversación que habia dejado a medias con Mitch. Era una sensación tan extraña... Y pensar que... Un par de meses atrás, caminabamos juntos de la mano... Cuando dormía en su cama y me despertaba con aquel dulce y cálido susurro... "Buenos dias, preciosa"... Mi mente aun podía reproducir aquellas bellas palabras... Una y otra vez... El hecho de pensar que... Era probable que no volviese a despertar... Me hizo derrumbarme... No lo pude retener... Me eché a llorar... De repente, se escuchó un movimiento de sávanas. Levanté la vista rápidamente, con la esperanza de que fuese Mitch el que causaba ese ruido.
-¿Dónde estoy? - Dijo la madre de Mitch intentando levantarse.

Viviendo un sueño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora