один

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Gustabo no podía describir con exactitud el miedo que sentía correr por su sangre, el palpitar agitado de su corazón acompañado del sonido que emitían las turbinas del avión por el aterrizaje, tampoco podía explicar el incesable temblor de sus man...

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Gustabo no podía describir con exactitud el miedo que sentía correr por su sangre, el palpitar agitado de su corazón acompañado del sonido que emitían las turbinas del avión por el aterrizaje, tampoco podía explicar el incesable temblor de sus manos y lo malditamente flácidas que se encontraban sus piernas siendo estás incapaz de sostenerle como era debido. Sus tímpanos ahora mismo no captaban absolutamente nada, ni siquiera las instrucciones que la azafata les brindaba a los pasajeros del avión para salir como era adecuado del transporte, tampoco le prestó atención a lo que el guardia de seguridad le dijo mientras daba un vistazo a la maleta del rubio para asegurarse de que no estuviese ingresando nada ilegal a la ciudad. Un pitido. Eso era lo único que escuchaba, un desesperante pitido agudo y constante que empezaba poco a poco a traerle nuevamente los recuerdos y traumantes sucesos que habían ocurrido en esa ciudad de mierda.

El vibrar del bolsillo de su pantalón lo trajo como si el despertar de un sueño se tratase a la realidad, observó el nombre en la pantalla y suspiro agotado, no quería contestarle, no iba a hacerlo de hecho. Deslizó su dedo sobre el celular para finalizar la llamada y que esa molesta vibración terminara pero, algo tan fácil como era colgar el teléfono se le hizo sumamente difícil debido al temblor fuerte que traían sus manos, presas del pánico, terror y miedo que a Gustabo le provocaba esa ciudad. Cuando salió para Suiza jamás tuvo un plan de regreso en su mente, jamás pensó volver a pisar territorio americano, jamás se imaginó encontrarse ahí donde ahora se hallaba teniendo un ataque de pánico.

Abrumado por no poder respirar y por sentir sus pulmones exigiendo aire que no era capaz de brindar dejó todo su equipaje a un lado y tomó el borde de su camisa para hacer movimientos que le permitiesen recibir aire en todo su torso, inhalaciones y exhalaciones lograron calmar su agitada respiración y pudo volver a un estado de normalidad, era impresionante e inimaginable todo lo que causaba la ciudad en él pero, sabía que debía acostumbrarse a pisar tierras americanas nuevamente porque, era ahí donde estaría todos los meses que la misión implicara porque por supuesto, se iría apenas el gobierno se lo permitiera.

Su instalación en Los Santos era oficial y ahora, en la "comodidad" de su departamento nuevo era que lo venía a asimilar

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Su instalación en Los Santos era oficial y ahora, en la "comodidad" de su departamento nuevo era que lo venía a asimilar. Era curioso como todo el mundo conocía nuevas personas, hacia nuevas amistades y tenía nuevos romances él seguía ahí, estancado y solo, había perdido el hermano que alguna vez tuvo, su familia, volvía a estar vacío pero, ¿no era como siempre se había permanecido? la gente decía que él era incapaz de sentir una sola pizca de empatía por las demás personas, que ningún sentimiento positivo reinaba en el interior de su corazón, ojalá todo fuese así, sería más simple, más sencillo de lo que originalmente era.

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