Avaricia🔥Las paredes de la casa temblaron ante el golpe en una de ellas. Los gritos de mi hermano podían escucharse por todo el lugar. Apenas sentí el golpe me levanté de mi cama, me vestí y me dispuse a salir de la habitación. Justo en el momento en que abría la puerta Soberbia se encontraba del otro lado. Si cabello negro, tez pálida y labios rojos carnosos desentonaban con la mirada altanera de sus ojos.
— De nuevo Ira. — y sin decir más me dio la espalda dejándome allí solo. Esto se había vuelto habitual entre mis hermanos, cuando Ira no podía controlar su genio era a mi a quien llamaban. Lo cual era algo contradictorio, ya que mi hermano lograba calmarse conmigo, pero a su vez era yo el que desataba su mal genio. Pero nadie más podía con él, solo yo. El orgullo creció en mi ya que Ira era completamente para mí. Nadie podía acercarse a él, lo único que faltaba ahora era poseerlo.
Los gritos se hacían cada vez más fuertes a medida que me acercaba a su habitación, apure el paso al sentir golpes una y otra vez. Abrí la puerta del cuarto de mi hermano y no me sorprendió encontrar todo roto, destrozado. Los muebles rotos al igual que el espejo de cuerpo entero hecho añicos. Ira se encontraba golpeando la pared reiteradas veces, sus manos se encontraban lastimadas y sangrando. Corrí hacia él y lo abrace por la espalda.— ¡Suéltame Avaricia! — una sonrisa formó en mis labios al darme cuenta que Ira me reconocía tan solo por el tacto. Apreté mis brazos más fuerte y lo empuje hacia atrás.
— Necesito que te calmes Ira. ¡Cálmate! — mi tono no daba pie a reproche. El tenía que calmarse o destrozará nuestra casa y a él en el proceso. No podía permitir eso. La casa tenía solución, si él se lastimaba no sería mío. Y él tenía que ser mío. — Dime que ocurre. Dímelo y cálmate. — dejo de golpear la pared y se soltó de mis brazos. Se dio vuelta mirándome fijamente. Sus ojos llenos de odio e ira valga la redundancia me miraban fijamente. Quede maravillado por su hermoso rostro. Su mandíbula pronunciada, sus labios rojos, su piel ligeramente bronceada, sus ojos marrón oscuro y sus pestañas largas lograban hacer efecto en mi. Sin mencionar su espectacular cuerpo, pero eso es otra historia.
Su hermoso rostro se encontraba serio y sus labios apretados en una línea, sus manos estaban en puños, juro que lo vi temblando, conteniéndose de explotar nuevamente.— No necesito calmarme Avaricia, necesito desquitarme, tengo que sacar la furia, necesito dejar ir a la ira, está consumiendo todo de mi. — me acerque lentamente con las manos a la vista para no alterarlo y junte nuestras frentes.
— Déjame calmarte. — susurré cerca de sus labios. — Úsame para sacar tu ira, hazlo. Sabes que quieres. Es eso o me cuentas que te puso así. — su mirada bajo a mis labios y sus manos se aferraron a mi cuello, apretando fuertemente, pero el no podía hacerme daño, ninguno de mis hermanos podía, nuestros cuerpos eras prácticamente inmortales. Su respiración era acelerada, su cuerpo entero se pegó a mi y pude sentir cada parte de él temblando, conteniéndose. Pero yo no quería eso. Yo lo quería a él y el tenía que rendirse a mí. — No te contengas Ira, déjame hacerte sentir bien. Úsame. — sus manos me apretaron mas fuerte el cuello y su cuerpo cada vez temblaba un poco más.
— Solo déjame, te lastimaré. En estos momentos apenas tengo control. — dentro de su tono seco y tosco me pareció percibir dolor pero fue solo un segundo. Sus ojos volvieron a mirarme y sus pupilas estaban tan dilatadas que casi tenía ojos negros. Su mirada desprendía odio, frialdad. No estabas mintiendo. Estaba luchando por controlarse. Por mí.
— No lo harás, puedo soportarlo. Suéltalo Ira. — me pegue un poco más a él y junte nuestras caderas provocando un gemido fuerte de su parte. Esa pareció ser la gota que colmo el vaso ya que su cuerpo se pegó al mío y me besó fuertemente. Sus labios eran agresivos, implacables, sus manos bajaron por mi espalda y apretaron mi remera formando puños con sus manos. Ira besaba sin detenerse, desquitándose. Pero no iba a dejar que me poseyera. El se rendiría ante mí.
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Los siete pecados capitales (VOLVIMOS DE APOCO)
ActionCon el paso de los años las viejas creencias fueron borradas de los libros, ya no se contó sus historias. Pero... ¿Qué dirías si supieras que la historia no es como te la cuentan? ¿Qué dirías si supieras que siete almas se quedaron en la tierra al t...