18 ~ Café ~

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 Entonces, espere el día del ensayo. Aguarde un poco nervioso, buscando un buen momento a solas para poder invitar a Marinette.

— Entonces, terminaré de escribir la letra que tengo en mente — Cierra su libreta y la guarda en su mochila — en cuanto la tenga te la mando, Luka.

— De acuerdo, Rosita.

Juleka tomaba su abrigo para acompañar a Rosita hasta su casa, tal como esperaba. Mire de reojo y Marinette aún no terminaba de guardar sus cosas.

— Regreso en seguida, hermano. — avisa Jul, saliendo por la puerta.

— ¡Adiós chicos! — Rosita se despide de nosotros.

En cuanto la puerta cierra, suspiro profundo y tomó una buena bocanada de aire armandome de valor.

¡Vamos, solo es una invitación, como muchas otras más!

¿Por qué se siente tan diferente esta vez?

Marinette ya casi termina de arreglar su mochila y siento que mi chance se termina.

— Bueno, también es hora de irme. — ella cuelga su mochila en su hombro.

Yo me precipito y al primer paso que da, le digo:

— ¡Marinette! — me quedo mudo cuando ella voltea a mirarme al instante.

— ¿Estoy olvidando algo? — ella comienza a buscar entre sus bolsillos y yo, aún con las manos un poco sudorosas, sacó los boletos de mi bolsillo para mostrárselos. — ¡Ahh!— Marinette los mira con cuidado — pero... eso no es mío. — responde ingenua.

— Amm... estos boletos son... Bueno, tengo un amigo y me dio estos boletos para asistir al evento este sábado, ¿quieres ir?— ella los agarra para leerlos.

— ¡Luka, esto es genial! — dice emocionada— Bueno, nunca he ido a ese lugar pero dicen que es muy bonito. — Sus ojos brillan de felicidad. — Gracias por invitarme.

— ¿Es un sí, verdad?

Ella ríe y responde:

— Sip.

Me siento el hombre más afortunado.

— Bueno, es hora de irme Luka. Supongo que entonces, los veré ahí el sábado. — Menciona regresandome los boletos.

— Ah... — Hasta este momento me doy cuenta de que eran tres entradas.

— Será divertido conocer a uno de tus amigos, gracias por invitarme.

— Ah... sí. Mi amigo, tú y yo — recalqué. Me sentí algo nervioso y no quería que desde ya, Marinette lo viera como una cita. No quería que se sintiera presionada.

— Vale, entonces nos vemos el sábado.

. . .

— ¡¡¡Eres un tonto Couffaine!!!¡se supone que tenían que salir solo ustedes dos!— me regaña Bruce.

— ¡No sabía que me habías dado tres boletos! — le reclamé por el teléfono.

— ¡Yo tampoco sabía que me habían dado tres boletos! Seguramente se equivocó el encargado, ¡Aún así no le hubieras dicho que iría con ustedes!

— ¡¿Entonces, que le iba a decir que haría con él tercero?! ¿Decirle que invitara a alguien más?

— ¡No! Capaz que invitaba al tal Adrien. — él se burla.

— Eso no es divertido... — bufé — Bien, aún así, a mi me gustaría que vinieras con nosotros — confesé. — La verdad, me sentiría muy intranquilo estando solo con Marinette en una cafetería después de... lo que le dije aquel día.

Recuerda, Luka Couffaine [Lukanette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora