19 ~Estruendo~

206 34 9
                                    

— ¡Couffaine, no subas!, ¡aún puede ser peligroso! — mi mejor amigo intentó detenerme.

Yo no podía quedarme así, no sabía nada de Marinette y debía asegurarme de que no corriera peligro allá arriba.

Cuando las puertas del elevador se abrieron en el último piso, alcancé a ver las catarinas de Ladybug reparar todo el lugar. Eso significaba que la pelea había terminado pero Marinette no estaba en ninguna parte. Camine por todo el café y no la encontraba. Volví a bajar las escaleras, volví  a buscarla y llamarle por celular y nada.

Tras esta incertidumbre, lo único que me quedaba hacer era ir a buscarla a su casa. Existía la pequeña posibilidad de que decidiera regresar a casa al no encontrarme o que sus padres le hubieran  llamado preocupados. 

. . .

Mientras camino por la calle, el viento sopla fuerte como es de esperar. Estamos a unos días de ser Navidad y el viento se torna muy frío. Desde esta esquina, al observar las ventanas del edificio notó que la panadería tiene muchos clientes.

— ¡Buenas noches, señora Dupain! ¿Se encuentra Marinette en casa?

— Oh claro, llegó hace unos minutos con  su amigo. Entraron a la sala hace poco — ¿su amigo? — ¿Gustas pasar o esperarla aquí?

— Mejor la espero aquí. — Me hice a un lado para no estorbar a las demás personas que pasaban con sus bandejas llenas de pan para comprar.

No esperaba que Marinette estuviera en compañía, ¿será por eso que ya no me contestó? ¿pero de ser así  porque no me avisaría?

Por primera vez, la preocupación que sentí por ella en un principio, se convirtió en una leve molestia. Más cuando la vi salir de su casa junto a Adrien Agreste.

No fue el regalo que vi cómo le obsequió, ni el abrazo que se  dedicaron al despedirse. Fue el sentir que se olvidaba de mí mentiras yo me preocupaba por ella, lo que me entristeció. Un simple mensaje bastaba para saber que se encontraba a salvo en casa y no estar preocupado ni buscándola.

Di media vuelta, alejándome de la puerta de la  panadería e intentando no ser visto por ellos dos.¡Pareciera  que hoy fuera un día completamente diferente! ¿Cómo es que hace unos minutos ella se veía tan feliz cenando y platicando conmigo y ahora...?

Mi celular comenzó a sonar mientras caminaba, era ella pero no contesté. En ese momento solo quería llegar a mi casa, calmar mis emociones e ignorar esa vocecilla que comenzaba a molestarme.

"¿¡Creíste que Marinette se fijaría en ti!? ¡Por favor, no confundas lo que siente por ti!, no eres tan importante para ella".

.

.

.

— ¡Buenas noches cariño!, ¿Qué tal estuvo tu salida con Bruce?

— Bien. — Menos mal que no le conté  a mi madre que tendría una cita o me llenaría de preguntas.

— ¿Quieres cenar?

— Ya comí, gracias madre — fingí una sonrisa, me quite el abrigo y fui a mi habitación.

Juleka solo me observaba pero no decía nada. Cerré mi puerta y comencé a tocar la guitarra.

Cuatro llamadas perdidas de Marinette. No puedo, no puedo dejarla así, yo no suelo actuar de esta manera. 

Devuelvo la llamada un poco más tranquilo.

— Hola, Luka.

— Hola.

— ¿Estás en tu casa?

Recuerda, Luka Couffaine [Lukanette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora