Recuerda, Luka Couffaine [Lukanette]

7~París

— ¡Luka! — Mathius quedó sorprendido al verme.

— ¿Qué sucede?

— Veo que te teñiste el pelo. — sonríe — ¡Ese azul, te queda muy bien!

— Gracias, es parte de mi nuevo estilo. — Un estilo más relajado y libre. Después de todo, mi vida había dado el giro que necesitaba.

— Bien, escuchemos esa melodía que has preparado.

Quedaban unas cuantas semanas para el certamen musical, y veía ese día cómo mi debut. Demostraría mis habilidades y mi gran esfuerzo.

. . .

— ¡¿ Qué debería vender el bote de mi marido?!— mi madre gritó al teléfono mientras Jul y yo comíamos. — ¡Está loco!— ella cuelga con todas sus fuerzas.

— ¿Qué sucede, madre?— pregunté mientras ella intentaba calmar su enojo.

— La familia de tu padre. — suspira profundo. — Tus tíos vendieron la Isla y ahora la convertirán en un centro turístico.

— ¿Entonces no podremos volver a esa playa?— cuestiona Jul decepcionada.

— Al parecer no, no como antes. Hijos, hay otro asunto que debo contarles. — Juleka y yo nos miramos fijamente frente al suspenso de mi madre. — Nos tendremos que mudar a París.

— ¿Qué?

— ¡Si!— Juleka festeja con un puño en el aire.

— ¿Pero por qué?— exigí saber. No quiero abandonar el taller de música.

— Será lo mejor.— ella sabe que para mí no es un buen momento para mudarse.— Tranquilo, arregle las fechas para irnos después de tu presentación.

— Está bien.— ella se sorprendió al ver lo rápido que acepte la noticia. — ¡Gracias por aplazar la fecha, madre!

°   .  °   .  °

Los últimos días fueron un poco agobiantes, ayudando a mamá a empacar todas nuestras cosas para la mudanza, arreglar ciertos papeleos en la escuela y mejorar mi técnica de guitarra clásica.

Hoy es el día. Estoy feliz de haber dado todo mi esfuerzo en cada clase con Mathius, aprendiendo de su experiencia y sabiduría. Tener al mejor amigo de mi padre como mentor, fue lo mejor que me pudo haber pasado estos años. Ahora me siento pleno, sé perfectamente quién soy, y estoy listo para demostrarlo, comenzando por este escenario.

—¿Estás listo, Luka?— Mathius me apresura y yo me levanto del sofá. Termine la rutina de meditación que él mismo me enseño.

Escucho los aplausos, todos están a la espectativa desde sus asientos. Mathius es una persona tan reconocida que han venido de diferentes ciudades a escucharnos. Trago grueso, y  cuando por fin dirijo mi mirada al público, veo  a mi familia y en el cielo, se que me observa mi padre.

Mathius está sentado a mi lado, ajusta el micrófono frente a su guitarra y sólo espera a escuchar mi comienzo.

Me siento nervioso pero a la vez felíz de poder ser escuchado. Regrese mi mirada a mi mentor con una gran sonrisa.

— ¡Estoy listo! — rasgueo las cuerdas del primer acorde con mis uñas.

Ambos comenzamos a tocar, somos un dúo dinámico y armonioso, cautivando el escenario hacíamos vibrar el alma de cada persona con nuestra canción. Estaban sorprendidos de que un joven como yo, tuviera tal talento.