No comprendo cómo funciona esa cosa benigna, ni conozco el punto donde comenzó todo eso, pero:
¿Por qué nunca nos dijo nada, si éramos su familia?
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Esa misma noche, regresamos de inmediato a la ciudad mientras dormíamos. Mis padres acudirían al hospital, después de dejarnos en la escuela. Se veían preocupados.
Fue hasta que el día llegó, Juleka y yo, nos enteramos a la mala. Este fin de semana por la mañana fui yo quién encontró a mi padre en el baño vomitando sangre.
Yo era demasiado pequeño para asimilarlo. Esa etapa de mi vida fué silenciosamente dolorosa, y todo pasó tan rápido.
Los días transcurrieron y mi padre fue internado. Aún en sus últimos días en casa, él seguía mintiendo, mentía con esa maldita sonrisa en el rostro. De verdad creí que todo mejoraría, pero no, no era cierto.
Su enfermedad estaba muy avanzada.
¿Por qué los adultos mienten?
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Llegó el 12 de abril, y no me importó para nada.
Mamá y Juleka se esforzaron desde temprano para hornear un pequeño pastel. Y por primera vez en la vida, no lo quería, no tenía ni ganas de levantarme de la cama. Me sentía enojado por dentro e impotente.
¿Es mucho pedir pasar mi cumpleaños con la persona que más quiero?
¿Cómo voy a disfrutar mi día, si él está allá encerrado sufriendo?
— ¿Luka, ya es tarde, no comerás nada?— preocupada, mi madre acarició mi cabello, almenos los mechones negros que no alcance a cubrir con mi manta.
— ¡Quiero ver a papá!— reclamé molesto.
Por más que intente, no logro quitarme esta pesadez de encima. Mi padre no merece estar pasando por todo esto, y yo deseo verlo.
— Llame al hospital, pero hoy no reciben visitas Luka...
Ese cumpleaños lo odie con todas mis fuerzas. Ese año fue el más duro, y poco a poco, yo dejaba de ser el mismo niño de siempre.
Me estaban arrebatando lo que más quería cada día.
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De saber, que mi padre viviría tan poco con nosotros, yo habría aprendido todo lo que él quería. Me habría esforzado al triple, en nuestras clases de música. Mamá le hubiera pedido que abandonara sus conciertos y se quedará en casa con nosotros y así, yo, cada mañana iría a despertarlo, le prepararía su desayuno... pero ya no importa. Ya no puedo hacer nada.
¿De qué sirve lamentarse?
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No volví a ser el mismo. Mis notas bajaron en la escuela y me volví más callado y menos sociable. Durante estos últimos meses, después del entierro, estuve apunto de perder el ciclo escolar junto a Juleka.
Cada día me parecía sin sentido y vacío. Cada rincón de la casa, cada instrumento me recordaba a él y eso desgarraba mi alma.
Un día de frustración, tome la decisión y el valor de juntar todo aquello que tenía que ver con la música y él. Ya necesitaba conciliar el sueño, necesitaba dejar de llorar cada maldita noche. No era nada fácil para mí, pero en ese momento, sentí que eso sería lo mejor.
— ¡¿Qué haces con todo eso, Luka?! — mi madre se acercó extrañada.
— Lo entierro todo.— respondí sin alguna emoción.
— No Luka, esas son las cosas que compartían ustedes.— Mi madre se agacha y toma de mi mano — Sus guitarras, los instrumentos, la música. Todo esto es tuyo y parte de ti, cariño. No lo saques de tu vida.
— Por eso mismo lo hago.— respondí sin dejar de sellar todo dentro de enormes cajas.— ¡Quiero dejar de sufrir, recordar esto no me deja avanzar!
Mi madre guardó silencio y me dio la palabra. Termine de guardar todo en el ático, justo en el lugar más recóndito y difícil de alcanzar.
No quiero seguir arrastrando su ausencia, no quiero seguir mirando el pasado, recordando lo que hacía junto a mi padre, componer música y tocar la guitarra es algo del viejo Luka que quiero enterrar. No merezco disfrutar de esto, sin él.
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Jul y yo, logramos pasar de año. Aún con nuestras bajas notas. Reconozco que mi madre hizo un enorme esfuerzo en sacarnos adelante, y que en casa, su cariño y atención jamás nos faltará. El resto de ese año, dormíamos los tres juntos cada noche en su cama.
La herida perdura. Aún así, después de año y medio, nuestras vidas retomaban la normalidad y cada vez ya estábamos más acostumbrados a vivir solo nosotros tres en este bote.
Pronto entraría a la secundaría. En un nuevo colegio con nuevas personas, sería una nueva etapa.
° • ° • ° • ° • ° • °• ° • ° • ° • ° • °
Gracias por leer
y si lloraron no era mi intención....
o bueno solo poquito :D
Pronto todo mejorará y tendremos de vuelta al Luka que todos amamos y conocemos :3
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Recuerda, Luka Couffaine [Lukanette]
Fiksi PenggemarUna historia donde Luka Couffaine es quien la relata. Esos recuerdos de pequeño, nadie los podrá arrancar de tu corazón jamás. Fue así como empecé a amar la música y convertirme en la persona en la que ahora soy. Viviendo una nueva aventura en Parí...