*Vidrios rotos.

559 100 55
                                    

—¿Me reconoces verdad?—cuestioné al notar su actitud. James por su parte se limitó a negar sonriendo.

—No, perdón. Es sólo que...te confundía con alguien más.

—Déjala está loca, será mejor que nos vayamos.—intervino Adam mirándome serio.

—¡James!—grite su nombre haciendo que los dos me miraran extrañados.—¿Realmente no sabes quien soy?—pude notar como su mirada se entristeció y agacho la cabeza.

Quería quedarme. Quería gritarles que habíamos tenido tantas experiencias juntos, que quien les daba el derecho de haberlas olvidado pero al final quedaría como loca porque eso jamás pasó en este mundo. Pero lo que si había sucedido era ese recuerdo con James. Debía preguntarle y...

Mierda. Anthony viene hacia acá.

Salí corriendo, no sabía si me perseguían o no pero huí lo más rápido que pude. Jamás mire hacia atrás, bueno no hasta que me sentí lo suficientemente segura y retirada como para hacerlo.

Eso estuvo cerca.

Si bien, no recordaba  donde vivía. Era confuso, sabía de mi hermano y mi padre pero habían cosas que aún no recordaba. Las mismas que me desesperaba no saber.

¿Dónde estaba?

Camine dándome cuenta que estaba en un parque público, quise seguir adelante pero me tropecé cayendo en un charco de lodo.

—Genial, mi bata se ensució toda...y mi cabello dagh, que asco.—murmuré fastidiada. Ya sabía que la suerte no estaba de mi lado pero tampoco era necesario que me pasaran estas cosas.

—Corres rápido.—su voz me desconcertó asustándome.—pero no mucho.

—¿James?—se notó mi confusión puesto que hace unos instantes estaba en el hospital.—¿Cómo es que llegaste...?

—Bueno, primero, me ofrecí para atraparte, les dije a las enfermeras que soy bueno alcanzando a la gente y...—su confesión hizo que retrocediera varios pasos, no podía dejar que me atrapara para llevarme nuevamente .

—Oh, descuida.—soltó una ligera sonrisa como si quisiera darme confianza.—No te llevare, sólo era una excusa para que no siguieran persiguiéndote. Y bueno, segundo, sólo corriste 5 cuadras.

—Ahh, a eso te referías cuando dijiste que corría rápido pero no mucho.

—Y tercero, tienes una bata de paciente aunque...supongo que tratabas de ocultarte pintándola con el lodo, ¿una especie de camuflaje?

—Me caí.

—Ah vale.—se rascó la cabeza y parecía que quería reírse por ello.—Toma, te traje una bebida.

—No quiero.

—¿Estás molesta?

—¿Me conoces verdad? Sino, ¿por qué estás aquí? ¿Por qué me ayudaste?

—Sony. Sé que debes tener muchas dudas pero yo solo estoy tratando de...

—¿De que? ¿De ocultarme todo? Ni siquiera distingo lo que es real y lo que no. Justo ahora podrías decirme que eres un puto hada y qué te sale polvo mágico del culo y yo te creería. ¿Por qué te ríes?

—Lo había olvidado.

—¿Qué? ¿Eres un hada y te sale polvo mágico del culo? Esto no puede ser...

—No. De la falta que me hacías.

Un silencio se formó profundamente. Mentiría si dijera que no sentí nada porque nel, a pesar de estar molesta mi corazón dio un brinco traicionándome y haciendo que me emocionara un poco por ello.

En el mundo de SonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora