*No puedes engañar a tu corazon.

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—¡Joder! ¿Qué haremos?—hable asustada y temerosa.

—¿Hacer? ¿De que?—preguntó el confundido.

—¿Que-que le diremos?

—¿Decir?—parecía no entender del todo la situación.—Ahhh, no quieres que él sepa qué estamos juntos aquí, y solos. ¿Te preocupa lo que él pueda pensar no?

—¿Eh? No, no es eso. Solo sucede que...emm, pues...—ninguna idea se me venía a la mente y me ponía nerviosa.—el, puede molestarse si sabe que existe otra habitación.

—¿Molestarse?—preguntó curioso.—¿Realmente es por eso?

Lastimosamente James no era tan estupido como Chris, no me creería ni de coñá cualquier cosa que le dijese, pues sabía perfectamente que me preocupaba de cierto modo que Adam supiera que estábamos juntos.

—Está bien, saldré y le diré algo.

—¿Eh?

Ni si quiera esperó por mi respuesta, salió de la habitación aunque debo admitir que me sentí mal por su expresión. Hace unos momentos se notaba tan feliz, y ahora...

—¿Porque estás saliendo de allí?—escuché muy apenas a Adam hablar tras la puerta. Me pegue a ella para escuchar aún más.

—Amm, yo descubri este lugar y me dio curiosidad así que entre.

—¿Y qué hay?

Escuché como James se recargó en la puerta.

—Nada la verdad; parece como un lugar donde guarda todo lo que no necesita.

— A ver, yo también quiero verlo.—pregunto inquieto.

—¡Que no!, ¡Créeme cuando te digo que no hay nada interesante!

—¿Entonces porque tardaste tanto si no hay nada interesante?

—Pues yo solo...—otro golpe se escuchó en la puerta.—¡Adam! ¡Ya basta!

—¿Porque es que no quieres que entre?

—¿Para qué quieres entrar?

—¿Ocultas algo no? ¿Que? ¿Tienes a un chico oculto?—bromeó Adam.

Una chica, quise responder.

—Emm..., ¡Tranquilo Adam!, mejor vamos a dormir.

—Está bien.—pronunció serio.—Si no quieres que vea, esta bien.

—¿En serio? Bueno, vamos a dormir mejor, ¿te parece?

Al parecer el asintió pues se escucharon sus pasos marchándose.

Solté un gran suspiro sintiéndome aliviada por completo, alejándome de allí y sentándome un poco en la cama.

—¡ADAM!

Entonces sucedió lo que no quería.

Él entró.

Había una sonrisa en su rostro; como si pensara que encontraría algo divertido, pero claramente ese gesto cambió seriamente cuando me miró.

Me levante de la cama asustada manteniéndome de pie. El contacto visual estaba siendo horrible, me miró como nunca antes lo había hecho.

—¡Te dije que no...—intervino James pero se calló al notar la tensión.

Luego Adam giró su mirada hacia su amigo, lo observó detalladamente.

Mierda, el solo está en camisa y boxer.

En el mundo de SonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora