Paso 8

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Fin de semana. Sábado, hoy se cumple una semana de tener el sueño.
Como es de esperarse, me levanté de la cama, feliz como nunca antes. Hasta con energía me levanté.
Empecé a desayunar mientras veía las noticias en la tele, lo de siempre, violencia, rara vez se habla de algo feliz, quizás al mundo solo le interesan las malas noticias.
Regresé a mi cama a dormir un rato más,no pude. Me llegaron unos mensajes a mi celular, eran de María, quería que nos viéramos en la plaza. Pedí permiso a mis papás, no me dieron permiso. Que malditos.
Al no tener el consentimiento de mis papás, me vi en la necesidad de huir mientras ellos no estaban, así lo hice. Tomé el primer autobús a la plaza.
Llegando a la plaza, no encontraba a María, le pregunté por mensaje donde estaba, pero no me contestó. Tardé bastante tiempo en encontrarla, estaba en la tienda de ropa (que raro para una mujer).
Empezamos a platicar, me contó que había terminado su relación con Alejandro (otro de mi generación con quien no había hecho amistad) y que estaba triste por ello, la apoyé con lo que pude, logré hacerla un poco feliz. Fuimos a comer, hamburguesas de McDonalds con un helado de vainilla. Delicioso.
A las 6:30 p. m. era tiempo de irnos, me despedí de ella y me fui. Tenía 31 llamadas de mi mamá.
Llegué a casa y, como supuse, recibí unos cuantos regaños por parte de mis papás. Tales regaños acabaron con un castigo anexo, además de no poder salir a menos que ellos lo aprueben, me quitarían mi celular y algunos de mis libros. Lo último me pareció extraño, ¿cómo quitarme unos libros? ¿Acaso los libros sirven para hacer maldades? Terminé enojado y solo antes de ir a dormir.

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