Paso 21

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Realmente creo que he experimentado muchos sentimientos en pocos días, felicidad, enojo, tristeza, todo en menos de un mes.
Estaba acabando la semana, el olor a fin de semana se desprendía. Yo ya estaba listo, al final de las clases iríamos a la heladería María y yo con Gustavo y Rosa, espero que esta vez no se cancele.
Como era viernes, teníamos menos clases que los demás días, en vez de ocho, teníamos siete, por eso me gustaban los viernes.
Las clases que tuvimos eran muy relajadas, a excepción de las dos horas de clases seguidas que teníamos con Griselda, a pesar de ello, el día era bueno.
Terminadas las clases, fui a la heladería, no sin antes ir a casa a darme una arreglada.
Llegando a la heladería, no había nadie, pero unos segundos después llegaron Gustavo y Rosa, Gustavo había pasado antes por Rosa, cosa que yo no había hecho con María, lo cual se vio muy descortés de mi parte, pero a María no le importaba, al menos eso creo.
Empezamos a charlar, me preguntaron del día en que le pregunté si iba a ser mi novia. Les dije todo a detalle, desde que conocí a Carolina hasta las 12 de la noche.
Ya contestada su pregunta, tenía que hacerles otra, quería saber por qué no me habían contado de su amor.
Se quedaron callados unos momentos, me dijeron que no se les había pasado por la cabeza, que no sabían que eso iba a durar. Tal respuesta me pareció estúpida, pero la acepté puesto que no quería más problemas con ellos.
María llegó una hora después de lo que habíamos acordado, culpó a varias cosas, mientras daba su explicación, la callé con un beso. Creo que se sonrojó.
Ya que todos estábamos ahí, pedimos un helado por pareja, a todos nos parecía bien la idea. El problema fue que María se comió casi todo el helado y yo apenas lo pude probar.
Después de tomar el helado, fuimos a la plaza, estaba llena como todos los días. Gustavo le compró a Rosa un collar. Yo no le pude comprar nada puesto que no llevaba suficiente dinero.
Nos quedamos ahí toda la tarde, hablando de la escuela, de noviazgo y muchas cosas más.
Llegaron los papás de Gustavo, se fueron él y Rosa. Eso me dejó solo con María. Ella estaba feliz de estar sólo conmigo, yo no sentía nada. Me sentía como en un día cualquiera, le pregunté qué le había parecido el día. Le gustó esta salida, esperaba que hubiera otras así, pues así estaba conmigo.
Llegó la mamá de María, me despedí de ella, me parece que se decepcionó por no hacerla sentir como una princesa.
Al final, me tuve que ir a mi casa, ya era tarde, las ocho de la noche. Mis padres se van a quejar de la hora, pero todo por verlos.
No puedo dejar de sentir el amor de María por mí, pero... ¿el amor que yo siento por ella es real o sólo me engaño a mí mismo?

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