Capítulo 23

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Mientras Inuyasha se debatía si seguir mirando a Aome o no, un chico de melena rojiza escuchaba la sutil conversación que mantenían sus compañeros, un tanto irritado se cubre con la cobija del futón y se dispone a ignorar esa extraña sensación en su pecho. 

- Inuyasha...- llama la colegiala a su querido amigo- Con respecto a lo que dijiste antes... sabes que ya nada es como antes, verdad? - lo mira y le ofrece asiento a su costado para seguir presenciando los hermosos árboles de sakura que se alzaban en un patio amplio y verde, con un cielo tan azul y nubes tan blancas; estas pequeñas cosas son las que disfrutaba más que nada de esta época, en el mundo moderno encontrarse este panorama era difícil. 

- Todo es igual Aome, nada cambiará.- se sienta a un lado de ella con una pierna pegada al pecho y con la otra estirada, recargando sus brazos hacia atrás.- Está siempre sera la reaccion de las personas cuando entre a alguna aldea...- su mirada se pierde por un momento en uno de los pétalos que va cayendo del árbol. 

- No es cierto.- el tono de voz es lo que llama rápidamente la atención del chico por lo que inmediatamente voltea a verla al rostro.- Tú mismo lo has dicho, antes de la aldea de Kaede las cosas eran así, ahora tienes un hogar Inuyasha, tienes amigos y gente que te aprecia...- su tono de voz cambia conforme avanza con su plática.- Aunque tu no me creas, conocerte ha cambiado mi vida de una forma muy buena.- apoya sus brazos de la misma forma que su compañero y hecha el rostro hacia atrás cerrando los ojos, sintiendo el cálido calor del sol en el. 

- No digas tonterías, siempre te quejas de tener que venir recuperar los fragmentos...- embelesado mira ahora el cabello de la chica que se agita ligeramente con el aire fresco. 

- Bueno en eso tienes razón, pero si no fuera por la perla, ahora no conocería a Miroku, Sango, Shippo, Koga- Un ligero gruñido tras este última mención surge de la garganta del canino a su costado pero decide ignorarlo.- Si no fuera por ella no podría disfrutar de estos paisajes, ni aprender más sobre esta época...- la mirada de la chica vuelve a mirarlo- Si no fuera por la perla nunca nos hubiéramos conocido y creo que es algo que debo de agradecer, llegaste a mi vida para ponerla patas arriba, pero soy muy feliz de tenerte en ella Inuyasha.- le sonríe de la forma en la que solo ella sabe sonreír para él, con amor. 

- Nervioso baja las orejas y desvía la mirada de ese sonriente rostro.- Eso es lo que yo debería de decir...- se sienta como de costumbre, cruzando sus piernas y ocultando sus brazos en su haori.- Maldita sea Aome, si no fuera por ti... yo seguiría siendo odiado por todos, pero... ah, demonios...- se rasca la cabeza nervioso. 

- No te sobre esfuerces, con el tiempo que llevo conociendote se que las palabras no son tu fuerte, no tienes que decir nada Inuyasha.- sujeta su cabello y lo coloca sobre uno de sus hombros mientras que lo peinaba con sus dedos. 

De un momento a otro la cabeza del albino se encontraba en las piernas de la colegiala, logrando poner nerviosa a la chica. 

- E...estas bien ?- la chica alza sutilmente sus manos sin saber bien en dónde colocarlas. 

Inuyasha decidió ignorar su pregunta y simplemente se dedicó a observarla, ya no era la misma chiquilla que había conocido el día que arrancó la flecha de su pecho, los gestos de la colegiala se había vuelto más maduros, sus ojos aún más expresivos y sensuales al igual que sus labios... al descubrirse a sí mismo pensando en su amiga de esa forma se reprendió un poco, pero no podía evitar querer seguir mirándola más y más... en tan poco tiempo la adolescente que había conocido había desaparecido para dar paso a una mujer increíblemente preciosa...

- Tú... aun me quieres?- la pregunta salió disparada de sus labios, como si no pudiera quedarse un minuto más en su boca.

La chica abrió los ojos un tanto sorprendida por la forma tan directa en la que Inuyasha soltó la pregunta y como era costumbre su cuerpo desobedeció toda orden racional de su cerebro por permanecer en calma. El sonrojo en su rostro era una respuesta más que evidente y ni hablar del aroma a nerviosismo que el chico olía en ella, pero aun y con esa respuesta física, algo en el interior del chico lo animó a levantarse del regazo de la chica apoyando sus brazos a los costados de ella, notando que aun era mucho más alto y grande que ella y algo más salió de sus labios sin su permiso...

- Dime que aun me quieres- la añoranza en el tono de su voz, sumandolo con el suave tacto en la mejilla de la chica hizo que su mente se pusiera por un momento en blanco, sus ojos dejaron de ver a la nada para fijarse en ese par ambar que la escudriñaba esperando una respuesta...

- Yo... te quiero.- como si no hubiera nada más que escuchar las orejas del hanyou dieron un tirón y su cuerpo atrapó a la chica en sus brazos amordazando su boca con la de ella, por un momento todo parecía ser perfecto, todo parecía encajar de la forma correcta, como si fueran dos rompecabezas encontrando la forma correcta en la que tienen que estar...Para Inuyasha esa sensación cálida comenzaba a crecer de forma arrasadora en su pecho.

Por su parte la chica aun se encontraba anonadada con lo que estaba sucediendo, no entendia si esto era un sueño, quiza se habia quedado dormida y nuevamente ese antiguo amor la acechaba, si era un sueño, si esto en verdad era un sueño no había nada de malo. Las manos de la chica tomaron los dos mechones albinos que se asomaban al costado del rostro del joven acercándose aún más a ella, mientras que el chico acariciaba con sus garras el largo cabello azabache de la chica que tenía entre sus brazos.

Pero entonces, algo hizo click en el cerebro de la chica, uno de los colmillos mordió ligeramente el labio de la joven sacerdotisa haciendo que una corriente eléctrica recorriera su columna vertebral haciendo la notar que el chico que tenía entre sus brazos no era parte de un sueño...

- Espera.- intenta alejarse de él pero rápidamente vuelve a acercar sus labios a los de ella- Inuyasha espera.- extiende sus manos en su pecho empujándolo sin mucho éxito.- Escuchame...

El joven que aún se sentía extasiado por esa nueva sensación que inundaba su pecho obedece la orden mirando la notando las mejillas sonrojadas y sus labios ligeramente hinchados, su pecho se infló de orgullo al saberse causante de ello. 

- Esto esta mal, esto... no debió pasar.- lo mira directamente a los ojos sintiendo una tormenta de emociones en su interior, tormenta que chico vio en sus ojos. 

- Qué... qué demonios quieres decir con eso Aome ? .- un tanto desubicado y con su respiración aún acelerada, coloca sus manos en la cintura de la chica sintiéndola temblar un poco.- Acabas de decir que me quieres... que aun me quieres.

- Y ese es el problema Inuyasha, no debería de quererte, esta mal que te quiera y esta mal que hiciéramos esto... tú tienes a Kikio.- la sola mención del nombre hizo que el rostro del chico cambiara haciendo sentir esa punzada ya tan conocida para ella en el pecho. - No se que te llevo a hacer esto, pero te pido que no se vuelva a repetir.- pasa saliva esperando con eso calmar la temblorina de su voz.- Por que me voy a encargar de olvidarte.- lo mira a los ojos y sin nada mas que decir se va dejando al chico que tenía un montón de sensaciones atravesando su cuerpo. 




Nota: Créditos al creador de la imagen, si son super fanáticos de Inuyasha los invito a ver su trabajo, es maravilloso!!





Encontrando un nuevo amor * Aome y ¿? *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora