Seis años después
-¿Por qué no puedes parecerte más a Nicholas? Es el hijo que nunca he tenido.
Justin Bieber reprimió un gemido y apretó el respaldo de una de las sillas para invitados del despacho de su padre.
-Tienes un hijo, papá. Yo.
-Últimamente Nicholas parece más hijo mío que tú.Justin odiaba aquella conversación, que tenía lugar al menos una vez al mes desde hacía dos años, desde que Jeremy Bieber había decidido jubilarse en un futuro cercano. La elección del sucesor se reducía a dos opciones: Nicholas, el yerno, o Justin, el hijo que no cumplía las expectativas paternas.
-Dime -replicó Justin -. ¿Ha sido Nicholas el que ha duplicado el valor neto de la compañía en sólo cuatro años? ¿Fue él el que consiguió el proyecto Starlight o el trato con Black Moon? -hizo una pausa efectista-. No, espera. Fue tu otro hijo el que se deja la piel por esta compañía. ¿Cómo se llama?
Justin era asesor y vicepresidente ejecutivo de Bieber Comercial Properties, pero había subido desde abajo, donde empezó cuando estaba todavía en el instituto y donde entró con un puesto fijo cuando se licenció en Derecho. Poseía talento y ambición para continuar lo que había empezado su padre treinta años atrás y mejorarlo. Lo que no tenía era una esposa, que por alguna extraña razón que sólo su padre conocía parecía ser importante en aquel terreno.
La mera idea de casarse lo ponía nervioso. Sabía que podía haber matrimonios felices, el de sus padres así lo probaba Pero sabía también que esa felicidad podía desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.-Nicholas no está preparado para dirigir esta empresa -dijo-. Es muy conservador, tiene que pensar tres veces cada decisión y la mitad de las veces la toma mal. ¿No lo has observado pedir de comer? "Tomaré el salmón, no espere, ¿cómo está el bistec? O quizá deba pedir una ensalada. ¿Alguien ha probado el chuletón?" Me extraña que no se haya muerto de hambre.
-No te extrañe -declaró su padre-. Tiene una esposa en casa que le prepara la cena todas las noches.
-¿Y por qué una esposa y tres hijos lo cualifican para dirigir la compañía?
-Está asentado. Ha tomado decisiones en su vida y tiene responsabilidades, tu hermana y mis nietos. No tengo que temer que se fugue a las Fiji con la próxima azafata que conozca.
-Se llaman auxiliares de vuelo. ¿Y quién dice que no pueda tomarme vacaciones de vez en cuando?
Su padre hizo una mueca.
-Llamaste el martes por la tarde para decir que no vendrías a trabajar el lunes por la mañana.
-Me confundió el cambio horario.
Su padre suspiró.
-Sé que tienes que disfrutar también, hijo, pero en la vida hay que tomar opciones y no puedes seguir siempre soltero.Justin soltó un gruñido de frustración. ¿Por qué siempre tenían que volver a la misma discusión? Él no evitaba el matrimonio, simplemente no había encontrado a la mujer ideal. Y él, que no conducía el mismo coche más de un año seguido, ¿cómo iba a elegir una compañera para los siguientes cincuenta años?
-No todo el mundo tiene lo que tuvisteis mamá y tú -murmuró.
Pensar en su madre le produjo una punzada de dolor a pesar de los años transcurridos. Pattie Mallette había muerto cuando él tenía doce años y su hermana diez. Después de su muerte, Jeremy se enterró en el trabajo y convirtió su pequeña compañía inmobiliaria en una de las empresas de construcción y desarrollo de más éxito de Northwestner. En el proceso, dejó que sus dos hijos sufrieran solos y básicamente también se criaran solos.
Jazmin se había escondido detrás de las responsabilidades de llevar la casa y aprender a ser la sustituta perfecta de su madre. A los veinte años, se casó con su novio del instituto, Nicholas Lee. Él entró a trabajar en el negocio familiar, ella se unió a un club de jardinería y juntos crearon tres niños perfectos.
A Justin la muerte de su madre le produjo la reacción contraria. Apenas podía soportar estar en casa, así que buscó consuelo en los amigos primero y en las chicas guapas más tarde. Con los años las chicas se habían convertido en mujeres y, aunque siempre había asumido que un día encontraría una esposa, las mujeres con las que salía no parecían apropiadas para ese papel.-¿Qué quieres que haga? –preguntó ¿Casarme con una mujer a la que no quiera sólo para poder decir que estoy casado?
-Me has presentado a seis o siete novias tuyas y cualquiera de ellas habría sido una buena esposa. Tienes que madurar y decidir qué es importante para ti... si tu futuro o la próxima mujer hermosa que se te cruce en el camino -su padre se cruzó de brazos-. Yo me jubilo en abril, o pones orden en tu vida privada o tendrás que aceptar órdenes de Nicholas.Justin apretó la mandíbula y pensó que quizá debería olvidarse del negocio familiar. Era un buen abogado y en los últimos años había tenido ofertas de trabajo de los mejores bufetes de la ciudad. ¿Por qué no empezar de cero?
Se retiró a su despacho y, cuando estuvo sentado en su mesa, gimió con suavidad. ¿Cómo iba a pensar en marcharse? Llevaba aquella compañía en la sangre, había ayudado a construirla y un día debería ser suya por derecho.
Miró los mensajes que su secretaria le había dejado en la mesa, pero su mente seguía ocupada con el ultimátum de su padre. Para Jeremy Bieber era muy fácil. Sólo tenía que buscar una mujer, enamorarse, casarse y vivir feliz con ella. Pero el amor nunca había sido fácil para él, no sabía por qué.
Llamaron a la puerta y su secretaria, la señora Luna, entró en la estancia. La mujer, elegida para el puesto por su padre después de que Justin hubiera salido y roto con las tres secretarias anteriores, era una antigua sargento del ejército muy eficiente y correcta: Y más voluminosa que él.-Tengo su correo -dijo-. Han llegado los contratos para el proyecto de la urbanización de Bucktown y el cálculo para la remodelación de De Paul -levantó una revista-. Y la publicación de la Universidad de Northwestner. Este mes aparece usted en la lista de alumnos.
Justin tomó la revista que le ofrecían.
-¿Cómo saben algo de mí?
-Enviaron un cuestionario hace unos meses y usted me dijo que lo rellenara en su lugar porque no tenía tiempo.
La lista ocupaba las seis o siete últimas páginas de la revista. Justin buscó su nombre y se dio cuenta de que estaba ordenada por el año de las promociones. Iba a volver a la página anterior cuando vio un nombre familiar y se detuvo.
-¿Lo ha encontrado? -preguntó la señora Luna
-No -él cerró la revista con rapidez. -Lo buscaré luego, ahora tengo trabajo.
En cuanto la secretaria salió del despacho, tomó la revista y regresó a la página.
-_______ Singleton, licenciada en Botánica en el 2006 -leyó en voz alta-. ________ tiene un negocio propio de paisajismo, Moon Gardens, y ha diseñado una amplia variedad de jardines residenciales y comerciales en la zona de Northwestner.
No había pensado en ________ Singleton en... ¿cuánto? ¿Cinco o seis años?
-Ella sí habría sido un esposa perfecta -murmuró-. Era tierna, atenta y... -hizo una pausa, se levantó y se acercó a las estanterías que llenaban la pared opuesta, donde buscó el libro de texto de contratos de la facultad. Contuvo el aliento y abrió la portada.
Allí estaba, donde lo había dejado años atrás. Desdobló el papel y lo leyó despacio, sorprendido de que hubiera logrado escribir un contrato decente cuando tenía tan poca experiencia práctica. Los términos estaban muy claros y había cubierto todas las contingencias. Una idea cruzó por su cerebro.
-No, no puedo.
Dejó el contrato en su mesa y volvió a su ordenador para seguir trabajando, pero cuanto más pensaba en ello, más comprendía que podía haber una solución fácil a sus problemas. ________ Singleton era el tipo de mujer que gustaría a su padre y, si veía que salía con ella, quizá retrasara su decisión hasta que encontrara una esposa apropiada.
Levantó el auricular del teléfono y marcó la extensión de su secretaria.
-Señora Luna, quiero el número de teléfono y la dirección de Moon Gardens, de aquí de Northwestner. ¿Y quiere hacer el favor de intentar buscar el número de teléfono personal de _______ Singleton? Seguramente vive aquí.