________ cerró los ojos e intentó reprimir la ira.
-Tenemos que llegar a un acuerdo - dijo-. Si no me hubieras visto el otro día en la calle, no te habrías acordado del contrato y los dos habríamos seguido con nuestra vida.
-Puede que sí -dijo él-, pero nos vimos y comprendí lo mucho que te he echado de menos, y lo mucho que te quiero de nuevo en mi vida.
_______ procuró no pensar en sus palabras; formaban parte de su plan de conquistarla y no significaba nada.
-¿Y el matrimonio es la respuesta? - preguntó-. ¿No sería más natural empezar por una cita?
-Te lo pedí y dijiste que no. Además, ahora que lo pienso, estoy harto de citas y quiero dar un paso adelante en mi vida - se sentó en su escritorio y la observó con una sonrisa suave.
________ lo miró de hito en hito.
-No me casaré contigo ni saldré contigo. No quiero volver a verte en mi vida y, si crees que puedes imponerme ese contrato *beep*, inténtalo. Te reto.
Se acercó a la puerta con el corazón galopante y salió de prisa. Cuando llegó al ascensor, se apoyó en la pared y cerró los ojos. Imágenes de Joe cruzaban por su mente. Gimió con suavidad. La única alternativa parecía ser luchar contra él. ¿Pero lo era?
-Sólo necesito tiempo -murmuró con desesperación.
Tiempo para arreglar sus problemas económicos sin la amenaza de un juicio caro colgando sobre su cabeza, tiempo para comprender su atracción por un hombre al que no era posible que amara, y tiempo para convencerse de que Justin Bieber no era el hombre de sus sueños.
Pero en un rincón secreto de su corazón no podía evitar preguntarse qué pasaría si se casaba con él.
Tragó saliva. ¿Y si se arrepentía toda su vida de aquella decisión? En aquel momento parecía la única alternativa, ¿pero pensaría igual diez o quince años después?
*******
Desde el lago soplaba un viento frío, que hacía volar las hojas secas. El cielo grisáceo oscurecía el sol de noviembre y una lluvia fría brillaba en las aceras. Cerca ululó una sirena. Justin se apretó más la gabardina en torno al cuerpo y cruzó la calle deprisa.
Después de lo ocurrido en su despacho dos días atrás, había sido una sorpresa volver a tener noticias de _______. Había llevado mal la reunión, en parte porque le había sorprendido que ella lo creyera capaz de obligarla a casarse con él. El contrato sólo había sido un medio para conseguir que fuera a cenar con él. Maldijo en silencio. Nunca había obligado a una mujer a salir con él. ¿Por qué estaba tan decidido a hacerlo con ella?
Tal vez volver a verla lo ayudara a aclararse. Sí, era muy atractiva y, sí, habían tenido una amistad bonita en el pasado, pero ahora eran personas diferentes con vidas distintas. ¿Significaba eso que no podían volver a empezar? Entró en el parque pequeño situado enfrente de la biblioteca Newberry y echó a andar por el camino mirando a los transeúntes en busca de ________.
Esa mañana le había dejado un mensaje pidiéndole que fuera a verla pero sin darle más explicaciones. Y ________ había decidido aprovechar la oportunidad para explicarle su comportamiento y buscar el modo de arreglar las cosas con ella. En el mejor de los casos, quizá accedería al fin a cenar con él. En el peor, le diría dónde podía meterse el contrato.
No era la misma que había conocido en la universidad. La chica tímida se había convertido en una mujer segura de sí misma que probablemente tenía todos los hombres que necesitaba, hombres que habrían reconocido su belleza cuando la habían conocido, hombres que habían sido más listos que él.
Justin había estado con muchas mujeres, y aunque en ocasiones había habido mucha pasión, nunca había conectado de verdad a nivel sentimientos, nunca había confundido aquello con amor y ni siquiera con un afecto profundo; siempre había sido cuestión de deseo físico y nada más.
Lo que sentía por _______ era diferente. Era una mujer hermosa, sexy e interesante, pero él no quería seducirla. Antes que nada eran amigos y, si se convertían en amantes, sería porque lo hicieran como un paso lógico dentro de su relación, no por el deseo abrumador de arrancarse mutuamente la ropa.
________ no era la clase de mujer a la que pudiera seducir y luego dejar. Ocupaba un lugar diferente en su vida a todas las demás mujeres, a pesar de lo cual no podía ignorar los chispazos de atracción que brotaban entre ellos cuando estaban juntos ni podía negar que había pensado a menudo en ella en los últimos días.
Se volvió despacio y volvió a mirar de nuevo el parque. Por un instante creyó verla sentada en un banco, pero enseguida se dio cuenta de que no era ella. Se sentó a esperar y observó a un anciano lanzar una pelota de tenis a su perro. Diez minutos después, empezaba a preguntarse si le habían dado plantón cuando la vio andar hacia él. Se puso en pie y ella se detuvo y lo miró largo rato.
Se acercaron despacio uno a otro y se encontraron en el centro de la plazuela.