Tendrás que arreglar eso -dijo-. Compra cortinas, cuadros o lo que quieras. Puedo conseguirte una televisión de pantalla plana si quieres para que veas películas antiguas aquí.
________ sonrió y Justin respiró aliviado.-Creo que cambiaré la decoración - declaró ella.
-Hazlo. Qué rayos, puedes pintar la casa de rosa si quieres -él se levantó y le tomó las manos-. ¿Qué te parece si termino de subir tus cosas y salimos a cenar?
-¿Preparar la cena no entra en mis deberes de esposa?
-Sí. Y uno de mis deberes de marido es invitarte a cenar fuera. Me temo que en la cocina sólo hay crema de cacahuete, pan, leche y cerveza. Y no espero que cocines con eso.
-Tengo hambre.
Justin sonrió y tiró de ella hacia la puerta. Sabía que la primera noche sería dura, pero él haría lo posible por que estuviera cómoda. La invitaría a cenar, calmaría sus miedos y procuraría contenerse y no besarla cada vez que la mirara.
Cuando _______ y Justin subieron los escalones delanteros, la casa estaba a oscuras. Justin abrió la puerta, entró y desactivó la alarma. Artemis esperaba, sentado con paciencia cerca de allí. Miró a _________ con expresión alerta y ella dio un rodeo para evitarlo.
No sabía si podía fiarse de él. No había convivido nunca con animales y no las tenía todas consigo.
Justin la ayudó a quitarse el abrigo, que colgó en el armario empotrado del vestíbulo.
-Olvidaba darte esto -dijo.
_________ levantó la vista y tomó vacilante la llave que él le ofrecía.
-¿Para qué es?
-La de la puerta. O mejor dicho, abre todas las puertas.
-Ah, bien -se metió la llave al bolsillo.
Había pensado que la convivencia con él sería difícil y se había preparado mentalmente para un periodo de adaptación. Pero le había sorprendido la facilidad con la que parecían haber reencontrado una pauta familiar, con ella escuchando con atención las cosas que él le contaba y Justin logrando que se sintiera la mujer más fascinante del mundo. No era difícil entender por qué se había enamorado de él tantos años atrás y por qué le había costado tanto olvidarlo.
-Y la clave de seguridad es 2-2-3-3 - añadió él-. Cuando vayas a entrar o a salir, pulsas esos números y luego la tecla de instalación.
-Bien -murmuró ella. Se acercó a mirar el teclado de la alarma.
Justin pasó la mano por encima de su hombro para señalar la tecla indicada y su brazo rozó el cuerpo de ella, y envió una corriente eléctrica a través de sus miembros. _________ contuvo el aliento y procuró calmar su pulso, pero fue inútil. La proximidad de él bastaba para poner a prueba su determinación. Ansiaba sentir sus manos en la piel, el calor de su hombro contra el de ella o el cosquilleo suave de su aliento en el pelo.
Cerró los ojos y respiró hondo.
-Ha sido un día largo -susurró.
-Debes de estar cansada -musitó él al oído.
________ se volvió despacio, pero él no se apartó, sino que la retuvo entre su cuerpo y la puerta. Ella clavó la mirada en su pecho, temerosa de levantarla, temerosa de ver deseo en los ojos de él y no saber qué hacer.
Justin seguramente asumiría que sería fácil seducirla. Y ________ se apartó de él con una maldición silenciosa. No podía sucumbir. Aquello era un arreglo temporal y, cuando se marchara de allí unos meses después, no podía hacerlo enamorada.
-Me voy a la cama.
-Nos veremos por la mañana -susurró él-. ¿Necesitas algo?
Ella negó con la cabeza.
-No, estoy bien. Gracias por la cena.
-Ha sido divertido -repuso Justin -. Había olvidado lo fácil que es hablar contigo.
_________ se ruborizó y se dirigió a las escaleras. Cuando llegó a su cuarto, cerró la puerta con rapidez y se apoyó en ella. Miró su reloj y le sorprendió ver que era casi medianoche. Miranda y ella tenían que estar en un trabajo al amanecer. Aunque pudiera dormirse en el acto, tendría sólo cinco horas de sueño. Y no creía que le fuera a resultar fácil dormirse.
Se desnudó, se puso la bata y se sentó en la cama.
-¿Qué hacemos aquí, Molly? -preguntó al helecho colocado al lado de la mesilla-. Quizá deberíamos ir a vivir con mis padres. El desplazamiento sería más fácil que esto.
Se dejó caer en la cama con un suspiro y miró al techo. Un rato después, se acercó a la puerta de puntillas y la abrió con cuidado. Escuchó conteniendo el aliento, pero los únicos ruidos que se oían eran fuera de la casa... el tráfico, una sirena, el ronroneo de la ciudad.
Justin había dejado encendida la luz del baño y ella echó a andar por el pasillo.
Una ducha caliente la ayudaría a dormir. O quizá un baño de burbujas. Pero para llegar al cuarto de baño tenía que pasar por delante de la habitación de Justin. Al ver que la puerta estaba entornada, vaciló, pero la curiosidad pudo más que los nervios y alargó el cuello para mirar dentro.
La luz del pasillo apenas iluminaba su cuerpo. Estaba tumbado en la cama con un brazo sobre la cabeza y el otro colgando a un lado. Tenía el pecho desnudo y la sábana, enrollada alrededor de la cintura, dejaba una pierna al descubierto. ________ sabía que estaba desnudo, y también que mirarlo no le hacía ningún bien.
¡Pero era tan hermoso y tan sexy! Se preguntó qué sucedería si entraba en su habitación, se quitaba la bata y se metía en la cama con él. ¿Su presencia lo sobresaltaría o la aceptaría como algo inevitable?
Tal vez debería cambiar sus planes. Podía pasar los tres próximos meses en la cama con Justin y disfrutar de todos los placeres de la carne. Podía decir que era parte de sus deberes de prometida y futura esposa. El supermercado, sexo apasionado y orgasmos espectaculares.
Tragó saliva con fuerza y se apartó de la puerta. Un escalofrío recorrió su cuerpo. Esa noche no iba a ser fácil dormir.
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