~ Capitulo 3 ~ (Segunda Parte)

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-Vamos a ser sinceros -dijo. 

-Estupendo -repuso Justin -. Estoy a favor de la sinceridad. 

-Por alguna razón sientes de pronto la necesidad de casarte conmigo. Tal vez es una crisis vital tuya o has salido ya con todas las mujeres de Northwestner. O quizá se han casado todos tus amigos y ya no tienes con quién salir de juerga, pero en lugar de cortejar a una mujer como es debido, me envías este contrato. Supongo que pensabas que estaría encantada. Después de todo, una chica como yo sería una tonta si rechazara una oferta de matrimonio de un hombre como tú. 

Justin frunció el ceño con expresión confusa. 

-¿Qué quieres decir con eso? 

-Que no me voy a casar contigo. Ya ni siquiera nos conocemos y no recuerdo haber firmado este contrato -lo arrugó y lo empujó contra el pecho de él. 

Era mentira. Recordaba cada momento de aquella noche y cómo había soñado que él volviera algún día a intentar cumplirlo. 

Justin respiró hondo y soltó el aire con lentitud. 

-Has cambiado -dijo-. Antes eras más... 

-¿Débil, patética, tonta? No soy la misma imbécil que te hacía galletas y te cosía las camisas. 

-Yo no iba a decir eso -él tendió una mano y le tocó la mejilla con aire vacilante-. Ya no eres una chica. Eres una mujer muy hermosa, apasionada y testaruda. 

_______ cerró los ojos y se sumergió por un momento en el calor de su mano. Así empezaba precisamente una de sus cinco fantasías principales. Unos momentos después la tomaría en sus brazos y la besaría con pasión. Y si por alguna extraña razón su fantasía se hacía realidad, tal vez pudiera empezar a buscar un vestido blanco y un ramo de novia. 

Porque era imposible que pudiera evitar enamorarse de Joe otra vez, suponiendo, claro, que hubiera dejado de estarlo alguna vez. 

Tragó saliva con fuerza. 

-¿Qué quieres de mí? -preguntó. 

-Sólo que olvides el pasado y vengas a cenar conmigo esta noche. Quiero que tomemos una botella de champán y aprendamos a conocernos de nuevo. 

_______ apretó los dientes. ¿Por qué estaba tan decidido a conquistarla de nuevo? ¿No comprendía lo que podía costarle eso a ella? Movió la cabeza. 

-No, no pienso salir contigo y no me casaré contigo. 

-¿Por qué no? -preguntó él con frustración-. ¿Qué tengo de malo? Soy un tipo decente. Te portas como si fuera un asesino psicópata con joroba y mal aliento. 

-No tienes nada de malo. Simplemente no nos compenetramos. 

Justin soltó una risita. 

-¿Cómo puedes saber eso? 

-Lo sé. 

Él se encogió de hombros y se apartó. 

-En ese caso, nos veremos en los tribunales.

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