Desearía

321 45 40
                                    

Disculpen la tardanza, no tenia luz.





"Por más que querías, por más que lo desees... El "para siempre juntos" no existe".



—Te ves hermosa— se acerca a mi sonriendo, posa una mano sobre mi mejilla y la otra en mi espalda baja atrayéndome hacia él. Une sus labios con los míos.

—Gracias— digo cuando rompimos el beso por falta de aire. Sonrió uniendo nuestros labios nuevamente —tú también— sonríe de vuelta.

—Nos vamos.

Dice tendiendo su mano, la tome sonriente.

Me había invitado a cenar, una semana después de su anterior cita al médico.

Al llegar se le veía contento y me propuso la cena. Aunque se le veía contento desconfié, sentía que algo malo estaba ocurriendo, pero no dije nada, Creo que tenga me he vuelto paranoica.

Llegamos a un lindo restaurante, nos llevaron una zona donde se podía notar la privacidad del lugar y además la vista es increíble. Sonrió enternecida mirándolo. Da un leve apretón a mi mano.

De fondo se podía escuchar una hermosa melodía.

Llegamos a nuestra mesa, no podía dejar de hablar el lugar era maravilloso y su compañía me hacía alegrar de sobre manera, el pensamiento de que nuestro amor se estaba esfumando termino cuando lo veía sonreír y acariciar mi rostro mientras hablaban sin cesar.

La cena transcurrió entre risas.

—Bailamos— propone, asiento.

Apoye mi cabeza en su pecho mientras nos movíamos al combas de la suave melodía, cerré mis ojos disfrutando del momento, se sentía tan mágico, tan irreal como si lo estuviera soñando.

—Te has dado cuenta que estamos bailando sin música— escucho su tono de voz suave y dulce al cabo de unos minutos, me había dado cuenta, pero se sentía tan bien que no quería que acabara, que siguiera toda la noche hasta que mis pies dolieran o por los tacones o por estar parada toda la noche.

—Lo sé— digo abrazándolo más— pero el sonido de tu corazón palpitar y tu voz, me hicieron sentir como si la mejor orquesta estuviera tocando en este momento.

—¿En serio?

—Además, estoy entre tus brazos, no me importa nada, estoy bien y me siento feliz... completa.

—Sam.... desearía que esta noche no termine.

—Yo también.

Llegamos al departamento entre besos y caricias, me dejo sobre la cama con delicadeza subiéndose sobre mi sin llegar a aplastarme, continúa besándome con delicadeza.

Se toma el tiempo besándome mientras se deshacía de nuestra vestimenta, la manera en que lo hacía era en total calma, sin brisa alguna.

Comenzó a repartir besos por todo mi cuerpo, mientras yo disfrutaba del contacto de sus labios contra mi piel.

Volvía a mi boca introduciendo su lengua, comencé a desesperarme lo quería sentir profundo, más rápido, me moví buscando contacto haciéndolo gruñir.

—Ten paciencia...quiero sentirte completamente mía... que cada parte de ti sepa que me pertenece.

Asiento, deja un cálido beso en mi frente. Baja dejando beso por el camino, muerde y chupa mi cuello marcándome. Me dejo hacer, llega hasta mis pechos donde da caricias con su húmeda boca haciendo estremecer mi cuerpo completo la manera en que lo hacía era indescriptible como si quiera nunca olvidarse de aquel acto. Hace lo mismo el otro pezón.

Dulce Amargo [1] |Trilogía Agridulce|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora