Inténtalo

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"Por lo general los mejores consejos vienen de las personas que han pasado por muchos momentos difíciles".




A la mañana siguiente, desperté y lo primero que ven mis ojos es un gran ramo de flores, el desayuno y una pequeña nota. Sonrió sintiendo mis mejillas arden.

Samantha, contrólate unas simples flores no pueden ablandar nuestro corazón, me digo a mi misma. Salgo de mis pensamientos poniéndome de pie para entrar al baño.

Tomo una ligera ducha, al salir me dispongo a vestirme con ropa cómoda. Me siento sobre mi cama y tomo la pequeña nota que descansa en las flores.

"ya sé que me detestas, pero gracias por lo de anoche, me alegraste el tormentoso día solo con tu hermosa sonrisa" Alan White.

Guardo la nota junto con las otras que descansan en mi cajón. Suspire, y no eran esos suspiros de enamorada, si no, de resentimiento conmigo misma, ni siquiera le pregunte como estaba. Recordé que, por la línea telefónica cuando lo había llamado sonaba muy decaído.

Comí todo lo que hay en la bandeja. Después de terminar, bajo con las flores, para ponerlas en agua para luego sembrarlas en el jardín.

Cuanto termino de colocarlas en agua vuelvo a subir para dejarlas en mi habitación frente a la ventana.

Hoy tengo deseos de salir, pero no puedo porque papá dejo una estúpida orden de que solo puedo salir con Alan. No lo quiero molestar, debe de estar ocupado.

Bajo nuevamente para dirigirme al jardín ahí al menos no veré paredes.

Me acuesto en el pasto verde mirando el hermoso cielo azul. Suspiro ¿Qué estará haciendo?

No te importa Samantha, me digo a mi misma.

—La vista es hermosa.

—Como tú.

Muerto mis labios conteniendo el grito de emoción.

Vuelvo a la realidad por el rugir de un auto.

Me incorporo, al escuchar el molesto claxon del auto que sonaba una y otra vez. Salgo para ver qué sucede y veo un despampanante auto en la entrada de la casa rodeado por los seguridad de la casa impidiendo el paso de este.

—Señorita, vuelva adentro, por favor habla, Harris, desde lejos.

Es interrumpido por la voz molesta del personaje que salió del auto. Maximiliano.

Evite con todas mis fuerzas rodar los ojos.

¡Samantha! grito, molesto.

¿Qué sucede? digo, acercándome y haciendo caso omiso al mandato de Harris.

¡¿Qué demonios, sucede contigo?!pregunta-grita.

¿conmigo? reí sin gracia Ahora, resulta ser que yo soy la loca, que hace escenita en casas ajenas pregunte, sarcástica con el ceño fruncido.

Ríe sin gracia desordenando su pelo exasperado. Ignora mi comentario.

Pensé que solo era una broma, pero esto se está saliendo de control.

Podías explicarme el porqué de tu enojodigo con calma de brazos cruzados.

Te casaras con el maldito de White dice, entre dientes, como si le costara un montón decir aquello termina con esta farsa.

Suela en un tono amenazante, no me preocupo mucho por él la verdad, sus amenazas me tienen sin cuidado. Y con respecto a lo que acaba de decir, es la más grande estupidez que podría haber escuchado. Puse lo ojos en blanco sin poder evitarlo.

Dulce Amargo [1] |Trilogía Agridulce|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora