[🎭; 19]

8 2 0
                                    

[⚜⚜⚜⚜]

El olor del azabache se quedó impregnado en su piel y su tacto seguía presente en sus recuerdos. Estuvo toda la semana viendo a sus dos amigos besarse y coquetearse descaradamente frente a todos. Esquivó a Taehyung hasta tal punto de entrar en crisis cuando sus hombros se rozaban y, por mucho que él quiso disculparse, no pudo. Encontró unos vídeos en su móvil. Algunos salía ella bailando tontamente grabada por Yoongi y viceversa y, cada vez que miraba al azabache, recordaba la cercanía de su rostro y lo perfecto que era. No fue lo mismo sentarse a su lado al igual que tampoco lo fueron sus conversaciones pues hablaron un poco más que de costumbre. Lia se dio cuenta de la doble personalidad que tenía el azabache. Sus modales y pintas por la mañana eran de niño bueno. Vestía manga larga a pesar del calor y no hablaba mientras, que por las noches, vestía de negro, mostraba con orgullo sus tatuajes y vacilaba con todos.

— ¡Aprende a respetarme! ¡No saldrás de esta casa sin permiso!

Desconocía cómo sus padres se habían enterado de la salida del último fin de semana, pero no fue hasta el viernes por la noche de la siguiente que se lo echaron en cara. Su padre la agredió fuertemente, le dejó moratones en los brazos y piernas además de que las marcas de sus manos se quedaron impresas en el cuello de la chica. Le pateó el estómago y escupió sangre antes de que su hermano detuviera la pelea y consiguiera calmar a sus padres. Les convenció de ir a algún sitio romántico y les dejaron solos. El mayor acudió a la pelinegra y la curó.

Mierda, la habían dejado hecha un cromo y mañana tenía que ir a trabajar y a la casa de Yoongi. ¿Cómo ocultaría esos golpes?

Lia se había quedado pálida y su hermano lo notó mientras le desinfectaba algunas heridas en los brazos, por suerte, su cara había quedado impecable.

— No vayas mañana a trabajar y descansa para hacer el trabajo — aconsejó el mayor.

— No puedo, necesito dinero, Lucas.

— Yo puedo darte dinero, no te explotes, por favor, acabarás enfermando.

Ella se negó en rotundo teniendo claros sus objetivos.

Su hermano cuidó bien de ella por el resto de la noche hasta que se quedó dormida y vigiló su habitación hasta que sus padres llegaron y se acostaron, entonces, solo entonces, él se metió en su cuarto. A la mañana siguiente, se peinó y se vistió con el uniforme del lugar con la única diferencia de que, debajo, se puso una camisa de cuello alto, manga larga y negra para cubrir sus moratones al igual que se puso unas mallas negras. Se fue en ayunas, cargando su portátil y caminó sufriendo el calor multiplicado por cien que la hizo marearse varias veces en el trayecto. Su jornada laboral no fue la excepción del agobio por parte de la ropa que se le pegaba al cuerpo. Tan notorio era su malestar, que no solo sus compañeros se preocuparon, sino que hasta una mujer mayor lo hizo.

Cuando su turno terminó, se cambió en los baños. Ahora, vestía unos pantalones holgados tejanos y una sudadera negra.

— ¿Estás bien? — preguntó la de mechas moradas.

— Sí, no te preocupes.

— Para nosotros, el bienestar del trabajador es lo primero, si no te encuentras bien, no te sientas obligada a venir.

— Estoy bien, de verdad, es solo que no he dormido mucho esta noche.

Yuri asintió y se despidió de Lia con una reverencia que ella le devolvió. Llevaba en ese trabajo una semana y poco y ya todos sabían que algo pasaba en su vida que no quería compartir aunque nadie sacó el tema y prefirieron dejarlo correr, si necesitaba ayuda, ya la pediría.

El Último Suspiro [Yoongi - BTS] {FINALIZADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora