Capítulo 27

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—Hola Jennie.— dijo el chico sonriente, la morena forzó una sonrisa.— son para ti.— le entregó el enorme ramo de flores.

La castaña no sabia que era lo que estaba pasando. Le parecía extraño que Kai apareciera de la nada y aún más en un momento como aquel, con un detalle para nada pequeño y sin haber avisado su visita. El moreno pocas veces había estado en su casa, la mayoría de los casos era simplemente para realizar tareas grupales de la escuela y unas cuantas otras para pasar una tarde de amigos.

Por más raro que le parecía todo no quizo sacar conclusiones erróneas de las que podría, en un futuro, arrepentirse.

—Gracias.— recibió el regalo, lo llevó hasta su rostro para evitar que el chico viera su incomodidad. Ella se sentía así por que no era momento para que el estuviera ahí.

—¿Estas sola?.— Jennie abrió los ojos, ¿acaso pensaba pasar?, y lo más importante, ¿qué haría para que no viera a las chicas que la esperaban en su sala?.

Confiaba en kai, claro que lo hacía, pero estaba en una situación donde todavía no se podía fiar de nadie. Todos podrían ser sospechosos de lo que pasó en el viaje y aunque su mejor amigo no había asistido, ya que la competición solo era para el equipo de básquet femenino, no debía descartarlo como cómplice.

—Eh...— no quería que el notara cuan nerviosa estaba, pero era imposible no estarlo, no estaba preparada aún para simular su estado de ánimo.— ¡Si!.— gritó asustando un poco al moreno.— ¡estoy sola!.

No esperaba tapar todo. Si no hacía que, tanto, sus amigas como su novia, supieran que alguien podría verlas y descubrir que lo de su ruptura con la rubia era totalmente mentira. Lisa estaba ahí adentro como si nada hubiera pasado y si no hacía algo para que todas se ocultaran y evitar que kai las viera iban a ser descubiertas y todo el plan se iría al bote de basura.

—Que bueno.— la castaña asintió sin saber realmente cómo actuar ante la respuesta.— estaba por los alrededores y decidí pasar por aquí a saludar a mi mejor amiga.— rió.

—Ah...

—¿Estas bien?.— trató de mirar hacia dentro del lugar pero Jennie se lo impidió.

—Eh...si, creo.— ocultó una mueca por su notable mentira.

Kai solo la quedo mirando fijamente, estaba seguro que notaba a Jennie nerviosa y no sabía si era por su presencia o por algo que hubiera ocurrido antes de que el llegara, pero no podía evitar pensar que quizás no era momento de haberla visitado. Algo le decía que ahora mismo no estaba en el momento indicado, Jennie no sabia fingir.

—Creo que es hora de irme.— comunicó extrañado por la situación.

—Esta bien.— Jennie no puedo evitar sonreír.— gracias por las rosas.

Vio como el moreno asintió antes de voltear sobre sus talones e irse. Habia sido maleducada al no invitarlo a pasar pero no tenía otra opción, era eso o echar a perder los planes que tenían. No entendía el por qué de la visita inesperada, Kai no era del tipo de persona que da sorpresas al último minuto. Lo conocia lo suficiente y necesario como para saber que algo escondía, si no es que algo importante tenia que decirle.

Cuando volvió al living de su casa solo se podía observar los restos de galleta esparcidas por el suelo y los vasos de refresco sobre la mesa, no había rastro alguno de sus amigas, ni de su prima y mucho menos de Lisa. Sonrió cuando vio un pedazo de pierna sobresalir de uno de los sofás del lugar. Agradecío que las chicas hayan podido entender su indirecta y esconderse a tiempo evitando así un posible descubrimiento. El mueble estaba ubicado en uno de los extremos de la sala, donde fácilmente se podían esconder sin necesidad de ir hasta la cocina.

Mi Único Amor-Jenlisa-(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora