Mi Único Amor-Jenlisa-(G!P)

Capítulo 22

—¡Jennie!.— la morena frenó rápidamente cuando vio a su mejor amigo ir en dirección a ella.

No había querido decir nada pero se daba cuenta que algo estaba mal con el chico, lucia más desanimado y su rostro pálido reflejaba claramente su falta de sueño, estaba más que claro que algo le estaba ocurriendo y rezaba por que el le diera la oportunidad de hacer algo, no le gustaba ver a personas importantes para ella sufrir de esa manera.

Casi siempre tenía la mirada perdida, como si algo le estuviera carcomiendo la cabeza y no lo dejaba en paz, ella ya había estado cara a cara con sus inexplicables miradas sin expresión y su actitud cabizbaja, y aunque trataba de encontrar la manera de darle un poco de ánimo el moreno siempre se hacía para atrás y no debaja que le tendiera una mano.

—Hola.— rió cuando el pelinegro se posicionó junto a ella e hizo una mueca de agotamiento.— no debiste haber corrido.— continuó la castaña.

—Es que...— juntos empezaron a caminar de nuevo.— no hubiera podido alcanzarte.— se encogió de hombros.

Jennie asintió regalándole una pequeña sonrisa. Estaba yendo hacia su primera clase y era raro no sentir a Lisa estrujarla entre sus brazos impidiendo que se separe de ella. Ya habían pasado dos días desde que no estaba y empezaba a sentir su falta, la echaba muchísimo de menos.

El día anterior, antes de ir a dormir, recibió una llamada de ella donde le contaba como iban los entrenamientos y como estaba su día a día en aquella cuidad. Le contó cómo, junto a Jisoo, se habían escapado para conocer y echarle un vistazo a la tan reconocida capital por la noche sin permiso de nadie como para evitar tener hora exacta de regreso.

Estaba completamente feliz por su novia, poco a poco estaba cumpliendo su sueño por que se lo merecía y por que reconocía que Lisa siempre dio todo de si. Sabia que la tailandesa ya estaba asegurada en uno de los equipos más solicitados de Londres, que ese mismo año saldría del instituto y que eso solo significaba una cosa; se tenía que ir a otro país por un aproximado de dos años y no la vería durante ese tiempo, salvo por las vacaciones y los descansos que tuviera la rubia.

Se le oprimió el corazón al tan solo pensarlo, había alejado de ella ese tema para no sentirse triste ni mostrarse angustiada de solo imaginar a ambas separadas. Recordó como veía películas de personas enamoradas distancias por circunstancias de la vida, donde tenían que hacer todo lo posible para que su amor perdure en medio del distanciamiento, pero lo que más la agobió fue que casi siempre esas luchas terminaban debilitándose hasta acabar en nada. Ambos se aburrían de seguir manteniendo el pequeño hilo que los unía y al final lo soltaban para hacer cosas nuevas, con nuevos personajes en su vida nueva.

Ella no quería eso, su historia no tenía por que ser igual a las que había visto en  las películas románticas con finales tristes y lamentables. Estaba segura que lo de ellas no solo era un amorío adolescente, era diferente, no estaban juntas solo por el revoloteo de las hormonas ni por verse en la obligación de estar con alguien solo para que no las vieran como las <sin pareja>, si no por que se querían con el corazón y con el alma, era algo más que un beso y uno de los famosos "Te amo".

Se vio a sí misma en su cama deprimida y llorando por lo que alguna vez hubo entre ellas dos, suplicando al cielo por que el dolor de su corazón desapareciera de una vez por todas y la hiciera olvidar lo que ocasionó ese sufrimiento.

Alzó la vista y volvió a su realidad, sacudió la cabeza tratando de eliminar los pensamientos que por desgracia su mente creó en un arrebato de momento. Lisa no la cambiaría por la fama que obtendría estando en un equipo de básquet más allá que uno de instituto, no la olvidaría una vez viera que existían mujeres mucho más hermosas que ella, no la dejaría cuando alguien de buen cuerpo se le cruzara por delante invitándola a un mundo de tentaciones, lujuria y pasión.