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N1:

Volvemos con otra historia, zombies, ¿a quién no le gustan los zombies? La historia la ire subiendo cada semana por ser la primera semana subiera mañana otro capítulo, pero sera capitulo por semana al menos que tengo algo de tiempo subire dos, eso dependera de como este de ocupada la semana, solo espero que esta historia sea de su agrado.

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Jennie Kim había acordado que ese día iría a buscar a Lalisa Manoban para hacerla entrar en razón y convencerla de regresar al club; esta por supuesto, no sería una tarea fácil. Lisa había encontrado nuevas compañías durante el verano, se había teñido el cabello de color rosa y se había puesto un arete en la nariz. Esta nueva actitud la asustaba, esta Punk-Lisa era mucho mas aterradora que la HBIC. No era el look, ni la voz, no era el piercing ni el color de cabello, era mas bien que algo había cambiado en sus ojos marrones, una cosa indescifrable que hacía que Jennie se sintiera inquieta.

-Esa no era su Lisa... "¿mi Lisa"? pensó Jennie mientras se daba los últimos toques de maquillaje frente al espejo de su tocador. No era la primera vez que la nombraba así en su mente, sólo que no lograba identificar por qué. Claro, Minho era su novio, pero siempre tuvo un interés muy especial por Lisa, un afán de protección, una atracción inexplicable que la orillaba a poner especial atención en la castaña. Era como... como... no, Jennie no sabía describirlo.

Lisa escuchó entre sueños el sonar del despertador, aún boca abajo estiró el brazo para callar el incesante sonido aturdidor. Gruñó, ahora que no estaba en los Cheerios se había acostumbrado a dormir unas horas más.

A tientas aún medio dormida y trastabillando con la ropa regada en su piso se introdujo en el baño y se desnudó, abrió el grifo de agua caliente y dejó que el vapor la despabilara. Este podría ser un día muy largo, por fortuna en su mochila aun estaba la cajetilla con cigarros suficientes para sobrevivir entre clases.

Era increíble el hecho de que por primera vez en su vida no le importaba lo que la gente pensara de cómo lucía o lo que hacía, así que sin dudar tomó unos pantalones a cuadros de color rojo, una playera negra sin mangas, sus botas de piel y dejó su cabello alborotado.

Bajando las escaleras con prisa Lisa encendió el primer cigarro del día.

Jennie vio a Lisa a lo lejos, en el mismo lugar de siempre pero esta vez, estaba sola. Sostenía en su mano lo que bien podría ser el sexto cigarro en un periodo de tres horas, dio una calada aspiró el humo y lo soltó por la nariz. Vaya si Lisa luce sexy fumando, no es que apruebe que los adolescentes fumen, porque no lo hago, de hecho me parece totalmente incorrecto, además, podría hacerle daño a su voz... dios, me encanta su voz! Concentrate Jennie, esto no va a funcionar si no te concentras, recuerda que tienes que convencerla de volver a club. Con paso seguro pero algo lento, Jennie se acercó a ella. Lisa ni siquiera volteó a verla, pero le hizo un espacio para que la morena pudiera sentarse también.

Los minutos pasaron en silencio, largos minutos. El corazón de ambas latía con fuerza dentro de sus pechos, cada una temía que la otra pudiera escuchar el frenesí que se había desatado en su interior. Jennie no encontraba las palabras, Lisa no tenía prisa por terminar con esto, la compañía de Jennie le venía bien, siempre lo había hecho.

La rubia tenía las piernas cruzadas y tenía el codo sobre su rodilla recargando la cabeza en la palma de su mano, vio que el cigarro estaba por acabarse, se irguió estiró las piernas, dio la ultima calada y lo aventó lejos hacia el campo de football.

-"¿Qué quieres Kim? Si vienes a convencerme de que regrese al club, la respuesta como siempre, es NO. No quiero volver a ese estúpido salón, no quiero tener que sentarme en esas estúpidas sillas, esperando que canten sus estúpidas canciones".-Jennie tragó saliva con dificultad, tenía un nudo en la garganta, ¿en qué punto cambió Lisa? ¿De verdad se sentía tan sola como para actuar de esta forma? Sí, es verdad, antes era fría tenía que serlo, había una reputación que cuidar, un grupo que liderar, pero podías sentir su alma. Ahora se sentía una ausencia, ¿a dónde se había marchado Lalisa Manoban?

El Amor En Tiempos Del Fin MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora