22

683 93 35
                                    

Pasar Ottawa para ellos había sido pan comido; claro, no es que fueran unos expertos en armas y estrategia, pero al menos sabían defenderse.

El tiempo que habían pasado en la carretera y combatiendo zombies, más el poco entrenamiento que les habían dado Anthony y Moss había servido para no dejarse amedrentar por un grupo pequeño de caminantes.

Evidentemente la tarea para Jennie y Lisa se había vuelto un poco más difícil pues ahora tenían un pasajero extra que no se podía valer por sí misma y tenían que estar al pendiente de ella, sin embargo a final de cuentas, el estrés de defenderla y no perderla por descuidos no era sólo de ellas sino de la mayoría de grupo que la sentían como su hija también.

La infección había llegado a la vida de ellos cuando el último semestre había comenzado y desde entonces habían pasado casi cuatro meses; ahora estarían próximos a graduarse, estarían más bien pensando en qué vestido usar o si rentar o comprar el frac, seguramente de haberse dado también la relación Jenlisa, Lisa estaría pensando en si debía o no llevarle un ramillete a Jennie y Jennie estaría pensando en si Lisa atinaría al tipo de flores que ella quería usar para ese momento tan importante.

Una podría comenzar a decir: ¿es Lisa el niño de la relación? No, Lisa es la dominante, aunque seamos sinceros, Jennie a veces suele serlo del mismo modo. Así como por ejemplo Jisoo puede serlo en la cama, Rosé utiliza ese dominio para calmar los ánimos iracundos de su novia.

Cada vez están más cerca de su destino, piensan cada vez más en cómo se instalarán, si crearán una valla segura que impida a los zombies cruzar, cómo serán las condiciones del lugar, si de verdad será apto para su supervivencia.

Han pensado que si el ser humano comenzó siendo un nómada entonces ellos podrían hacer lo mismo hasta establecerse en un lugar apropiado y así convertirse en sedentarios. Empezar de cero sería aprender de agricultura y ganadería, eso si los animales a su alrededor podían servir para su propósito, eso si no estaban todos muertos o en su defecto infectados también.

Lo más sensato sería en lugar de establecerse en una ciudad, hacerlo en campo abierto, en un bosque. Sí, habían comprobado que los zombies se concentraban en las ciudades evidentemente. La población urbana es mucho mayor que la rural, por ello francamente lo más cuerdo sería armar el campamento en esta última zona.

Pero, también seamos prácticos, tomando en cuenta que el combustible no es en sí eterno y que los suministros pueden escasear, no pueden estar a expensas de que a medio viaje al centro comercial –ya acabados los alimentos- o a una farmacia –herido alguien de gravedad- se queden sin gasolina y tengan que volver a pie con una horda de zombies hambrientos tras ellos.

Ultimadamente de ser perseguidos por ellos en un bosque podían subir a los árboles como habían hecho Teddy, Emma y June, pero no podían pasar días enteros ahí, dormir en las ramas, por dios que no son Katniss Everdeen, aunque, muy probablemente en algún tiempo esto sí que sería algo que llamar los juegos del hambre.

He ahí la disyuntiva del grupo para ponerse de acuerdo en si quedarse a las afueras de la ciudad o adentrarse y atenerse a tener que enfrentarse a grupos más grandes de zombies, por ende, mayores riesgos.

Todo tenía pros y contras y la verdad es que parece bastante evidente que así es como debe de ser dadas las circunstancias.

Quién sabe cómo lo estarían pasando los sobrevivientes de otros lugares y pensando que en realidad no se habían encontrado con muchos, a lo mejor ya ni siquiera los había. Bien podrían ser los últimos o los únicos ¿Qué se sentiría ser uno de los últimos humanos sobre la faz de la tierra? ¡De modo narcisista, vaya! Eres ahora sí casi como Will Smith, una leyenda, podrías comenzar a escribir tus memorias, cómo era la vida como tú la conocías, ser la futura Ana Frank, pero sin nazis y sin campos de concentración.

El Amor En Tiempos Del Fin MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora