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Después de la pizza y durante la noche, estaban en la cama. Gulf sentado al lado de un durmiente Mew. Viendo la pantalla de su tablet con unos lentes para lectura puestos. Vistiendo una camiseta de tiras negra.

Mew se da la vuelta en su sitio y abraza la cintura de su esposo con un ronroneo. -Ven a dormir conmigo.- El pelinegro se queja en una voz infantil. Gulf suspira con una sonrisa de labios. Quitándose los lentes.

-Dejáme terminar de leer algo y voy.- Responde el de piel dorada. Volviéndose a poner los lentes y mirando la pantalla. Mew abulta los labios. Viendo la tablet, su esposo, devuelta a la tablet.

-¿Qué estás leyendo?

-Mew.

-¿Qué? ¿Te irrita que pregunte? Sólo hice una pregunta.

-Me irrita que me preguntes mientras trato de leer esto lo más rápido que puedo para dormir contigo.

-O-kay.- El pelinegro dice en un suspiro antes de sentarse en la cama con una rodilla alzada bajo las sábanas. Sobre la rodilla reposa el codo derecho de él. -Ya esto no es sobre el libro, ¿cierto?

-¿Qué?

-¿Qué pasó que tienes esa actitud? Te conozco, te pasa algo.

-¡Nada! Es sólo que...

El piel dorada voltea su rostro a la tableta de manera frustrada.

-Esa chica. Su rostro... Sigue viniendo a mi mente. Sólo espero que no le haya pasado nada por nosotros no ayudarla.

-Dios, no. No pienses en algo como eso.- El pelinegro le cuenta al otro abrazando la cabeza de este a su pecho. El piel dorada se deja abrazar. -Tal vez ya esté en su casa. Con una cálida familia y el golpe sólo haya sido por una perra muy mala que se metió con ella.- Cuenta el esposo con voz de guerrillero para intensificar su versión de la historia. Por lo que el contrario ríe. -O tal vez ella haya sido la perra.- El pelinegro dice lo último con un tono sorpresivo. Pasmando su propio rostro con su boca en "o" y su ojos en grande.

-Siempre me haces sentir mejor. De alguna forma. Lo siento por instintivamente,- El moreno rueda los ojos en su sitio. -iniciar una pelea contigo. Como todo un idiota.

-Al menos pude resolverla. La próxima vez espero tener la misma suerte.

Él le acaricia el cachete derecho a Gulf y lo estruja ahí mismo repetidas veces, por lo que las risas del moreno se escuchan entrecortadas y al retroceder, ambos se miran. Se rodean mutuamente de la cintura.

-¿Irás conmigo mañana al servicio comunitario de mi mamá?- Pregunta el piel dorada.

-¿Y perderme la oportunidad de conseguir puntos con tu suegra? Cuenta conmigo.

-Bien. Mañana a las ocho de la mañana despierto, cadete.

-Me despertaré con tus alarmas.

-Qué te hace tan seguro que puse alarmas, ¿eh?

-Te conozco. Debes haber puesto alarmas. Cualquier ser humano pondría alarmas.

-No si me acuesto ahora mismo~.- Juega el moreno ladeando su cabeza infantilmente a los lados antes de sacarle la lengua en una sonrisa y se acuesta cubriéndose por completo con la sábana.

-¿Qué? Pero ahora no quiero dormir.- Mew dice.

-Ven a dormir conmigo.- El piel dorada imita la voz de un zombie alzando un brazo "decaído" de las sábanas para jalarlo a que quede acostado. Él ríe cuando Mew cae a su lado. Acostado pero despierto.

𝙇𝙖 𝘾𝙖𝙨𝙖 𝙀𝙦𝙪𝙞𝙫ø𝙘𝙖𝙙𝙖 2 • MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora