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En unas horas, ya estaban los cuatro en el parque. La pareja andaba bien abrigada y les prestaron chaquetas a los demás para la protección contra el frío. Los demás iban a sus lados mientras que ellos en el medio. Tomados de la mano felizmente.

-Chisik, no dejes el lado de Diana. Por favor.- Pide Gulf. Ella los mira indignada.

-Oye. ¿Y si debo ir al baño a hacer pis?- Diana pregunta con indignación tratando de buscarle la vuelta. Alzando una ceja más arriba de la otra.

-Chisik te acompañara a la puerta.- Le recomienda Mew con una sonrisita bien estúpida (en el sentido bromista porque vaya que su sonrisa era hermosa incluso si fuera de mala manera). Ella suspira ahora mirando todo de reojo. Ve una máquina de peluches al lado y agarra la muñeca izquierda de Chisik.

-¡VAMOS A ESA!- Ella pide. De momento dejando su fría actitud a un lado para actuar como una niña que señala su máquina de juegos.

-No tengo dinero.- Chisik dice sin ceder a sus tirones de muñeca. Perfectamente parado ahí sin mover ni un centímetro de su cuerpo por más que ella empuje. Mew suspira y deja de sostener la mano de su esposo para sacar su billetera de uno de sus bolsillos. Saca unos pocos billetes antes de dárselos a Chisik. Chisik tímidamente los toma y la chica sonríe mientras mira el dinero en la mano de su acompañante. Sin embargo deja de sonreír al mirar a Mew. Mirándolo con un estúpido rostro malhumorado.

-Vayan a jugar lo que quieran. Pero no se alejen del parque.- Mew le dice a ella con un cierto tono cuidadoso a pesar de que se demostraba frío. Gulf sonríe con sus labios al notar ese tono protectivo en la voz aunque no pueda ver nada. -¿Entendido?- Él prosigue.

-Sí, sí. Entendido.- Diana dice con un murmuro muy bajo antes de jalar a Chisik con ella. Ambos se van a ver si consiguen peluches.

Mew vuelve al lado de Gulf. Tomándolo de la mano de nuevo. El piel dorada se pone a gusto porque se tomen de manos. Demostrando ese gusto al ronronear un poco durante su sonrisa.

-Me gusta esto.- Dice el piel dorada.

-Apuesto a que sí.- Mew le dice. Ocultando las manos de ambos en uno de sus bolsillos. -¿Cálido?

-Sí. No sé por qué hace tanto frío.- Comenta el piel dorada temblando un poco mientras alza su rostro en dirección al cielo. -Tal vez vaya a llover y debamos escondernos. Sería bueno ver a Diana toda empapada.- Comenta súper travieso Mew y ambos ríen.

-¡Pero se enfermaría de un resfriado! Y Chisik, pobre, a él no me gustaría verlo empapado.- Comenta Gulf entre risas.

-Cierto. Qué fastidio sería cuidarla. Mejor no.- Mew opina.

-¡Con el mejor disparo, te llevas un buen premio!- Un vendedor anuncia su juego de peluches enormes a un lado de ellos. Gulf se detiene ante la voz y sonrisa. Tratando de dirigir su cuerpo hacia el hombre. Mew se le queda viendo a su esposo que parece totalmente interesado.

-Disculpe, señor, ¿son peluches grandes?- Pregunta el piel dorada con ánimos.

-¡Son enormes, joven! Tenemos de osos, delfines, y un panda.

-Jugaré a por el panda.- Gulf se hace voluntario a jugar el juego. Mew lo mira con preocupación cuando apenas su esposo da un paso y por no poder abrir sus ojos, tropieza un poco.

-¡Gulf!- Mew susurra con sus brazos tenidos frente y atrás del cuerpo del piel dorada. Este no llego a caer. Así que enderezó su espalda con una sonrisa para aliviar la tensión. -Tranquilo, Mew. Yo puedo.- Anuncia tratando de no preocuparlo. Asintiendo su cabeza sin abrir los ojos.

𝙇𝙖 𝘾𝙖𝙨𝙖 𝙀𝙦𝙪𝙞𝙫ø𝙘𝙖𝙙𝙖 2 • MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora