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Cuando el Mew Oscuro se retiro, fue a una fiesta cualquiera que descubrió de una casa millonaria alta con una piscina interior que contenía un tiburón. Tan locas están las personas que los guardaespaldas lo dejaron entrar con tan sólo decir que era "amigo" de la persona y de todos modos, entro muy abrigado cargando unos palos de metal que resaltaban en su espalda.

Esta vez no traía la pequeña hacha consigo. Entró como Don Juan por su casa. Sin conocer a nadie y aún así mirándolos a todos como simples dulces a los que podría coger en cualquier momento. Sonrío con malicia sabiendo que podía en cualquier momento cumplir sus más oscuros fetiches. No eligió está fiesta ni está casa fiestera por nada. Tenía un plan claramente.

-¡Hola! ¿Te conozco? No me acuerdo de ti, honestamente.- El anfitrión de la casa aparece frente a él todo borracho sosteniendo un vaso. Sudado por el alcohol. A su lado va un acompañante fiestero. Un amigo de la infancia tal vez por cómo están bien de cerca. Ambos lucen cómo de esos chicos que alguna vez fueron de fraternidad y tenían a todas las chicas que quisieran pero que ahora sólo tienen esas chicas por tener montones de dinero. Mew alza el mentón antes de regalarles una sonrisa.

-¿Quién de ustedes dos es el dueño de esta casa?- La voz del Oscuro Mew es rasposa. Coqueta. Extremadamente confiada.

-Huh. Soy yo. Oye, no hasta contestado mi pregunta--

Responde el primero que llego hacia Mew pero el clon lo interrumpe diciéndole:

-Me llamo Dark aunque la mayoría en esta fiesta ni conocen tu nombre.- Se asinceró el clon con indignación antes de abrir paso entre más personas a la izquierda. Dejando pasmado al anfitrión y a su acompañante. El Oscuro Mew de apodo "Dark" fue hacia la sala de la piscina. Nadie se podía meter ahí dado al gran tiburón que dormía a una esquina.

Sin embargo todos bailaban en bikini en distancia de la piscina. Con risas inestables. Sumidos en sus copas de alcohol y sumidos en su rol de "diversión millonaria." Dark, sin que nadie lo viera, sacó una máscara de respirar bajo el agua, de su bolsillo derecho y lo lanzó hacia un palo tan alto como antena que tenía la jaula acuática en la piscina. La máscara se engancho ahí y él sonrío.

Dos chicas se le acercaron. Una era una rubia y otra castaña. Ambas asiáticas con trajes de baños ajustados. La castaña con un traje de baño rojo y la rubia con uno negro.

-¿Quieres algo de compañía?- Las chicas se ofrecen y ríen un poco.

Dark voltea a su dirección y las ojea. Ladeando un poco su cabeza. Eran guapas sí. No iba a mentir. Pero alzó sus cejas.

-Estás muy delgada...- Le comentó a la rubia por cierta razón desconocida. La rubia se ofendió y se cubrió su estómago con un brazo antes de mirarlo al rostro con un puchero.

-Oye, eso no es muy lindo de tu parte.- Ella le comenta a Dark quién a pocos segundos después, le regala una sonrisa.

-Lo siento. No fue muy amable de mi parte. Igualmente eres hermosa.- Dark la enreda en sus encantos antes de darle un pico en la boca. Sin siquiera conocerla. La castaña ríe y él le da un pico también.

Se quedó sentado en el mueble a la esquina. Con ellas. Estás tenían una de sus piernas sensualmente trepadas en los dos muslos de Dark mientras se besaban con este aunque este no se quitara la vestimenta para nada. Ellas sólo lo besaban o hablaban con él hasta que la casa se quedo sola.

-Vaya. Ya no hay nadie.- Ríe la castaña para mirar a su alrededor con su mano en el pecho de Dark. Este besándose con la rubia.

-¿Y el dueño de la casa? Disculpen, chicas, iré a verlo.- Dark se disculpa en una voz rasposa pero las chicas le abren la chaqueta negra y notan que él siempre tuvo unos pantalones rojos de piscina. Sin camisa puesta.

𝙇𝙖 𝘾𝙖𝙨𝙖 𝙀𝙦𝙪𝙞𝙫ø𝙘𝙖𝙙𝙖 2 • MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora