VII: MAS DE TI

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ETTAN

Esperé fuera por él. Él debía de despedirse de las chicas que le acompañaban, luego de unos minutos lo ví salir de la disco, me miró fijo y abrió la puerta de su vehículo para que yo pasará. Así lo hice.

Me ponía nervioso el que pasaría al llegar allá. No podía terminar en la cama con él de nuevo. El camino fue silencioso, no hablamos, solo me miraba fijo por segundos y luego volvía a enfocarse en el camino.

Al llegar me desmonté del auto, él abrió la puerta y me dejó pasar de mi primero pero al instante sentí sus manos tomarme de la cintura. Con un ligero apretón.

— "¿Seguro que solo quieres verla?" — Dijo a mí oído.

— "Solo quiero verla, lo qué pasó en tu habitación no estuvo bien." — Dije mientras él me besaba el cuello.

— "Fue lo que me pediste y ahora yo quiero más."
— "No debo de hacer eso..." — Me giró de frente a él.

— "Dime en mi cara que no quieres que se repita." — Dijo.

Me quedé en silencio, pues era obvio que eso deseaba.

— "Eso pensé." — Dijo y me besó.

Me llevó a pasos lentos hasta el sofá donde le abrí la camisa desesperadamente al igual que el a mí. Quite su correa para abrir el zíper, y sacar su miembro de su pantalón para de inmediato llevarlo a mi boca.

Le deslice mi lengua desde abajo hacia arriba mientras él solo me miraba fijo, lo llevé dentro de mi boca para intentar llevarlo lo más profundo posible y ví como sus ojos se quedaban en blanco por unos segundos.

Estuve haciéndolo por algunos minutos hasta que él me separó de él para besarme, y terminar de desnudarme. Me giró de espaldas para apoyar mis rodillas del mueble y mi cabeza del espaldar. Me beso por cada lugar donde él quiso haciéndome sentir indefenso.

— "¿Estas listo?"

— "¿Listo para qué?"

Su silencio me hizo caer en cuenta que hablaba de introducirse en mí.

— "Regreso en un minuto."

Caminó desnudó perdiéndose dentro de la casa y luego regresó con un lubricante. Me aterraba un poco pero era mayor el deseo, así que volví a colocarme en la misma posición, sentí como el lubricante corría por mi trasero.

Sabía que luego de eso no iba a poder darle vuelta atrás. Sentí su dedo introducirse suavemente dentro de mí y luego otro más, pero aún podía sostener mis ganas de gemir.

Jugó unos cuantos minutos con ellos mientras me besaba toda la espalda. Mi cuerpo sentía escalofríos y comenzaba a desesperarme por descubrir que sé sentía tener un pene dentro de mí.

Y en ese momento, sentí como se introducía, era como si mi interior estuviera siendo forzado, no podía aguantar más así que mordí el sofá con fuerza. Él iba despacio. Hasta que sentí que se detuvo, y luego la sensación de que comenzaba a salir, para luego volver de nuevo.

— "¿Duele?"

Asentí.

— ¿Quieres que me detenga?"
— "No..."

A pesar de lo poco que dolía seguía excitado y deseaba que continuara dentro de mí. Su penetración siempre fue suave, podía sentir el mínimo detalle de su miembro al introducirse.

Me convertiría en adicto de su sexo. Llevé mi mano a mi miembro para masturbarme y terminar encima de su sofá mientras él lo extraía y terminaba encima de mi trasero.

ME ENAMORÉ DE UN DESGRACIADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora