XII. BURLADO

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WILSON

Duramos algunas dos horas de vuelo, no tenía ni idea de como habían podido encontrarme. Me desmontaron del vehículo para introducirme a la casa donde Jared esperaba por mí.

El desgraciado.

— "Bienvenido, Wilson. Esperaba por ti. Pacientemente."

— "Tienes al equivocado." — Dije de inmediato pero él pareció no inmutarse.

— "Apenas entras y eso es lo primero que dices... ¿Porqué no vamos al despacho?" — Comenzó a caminar y a mí me hacían caminar detrás de él.

Llegamos a su despacho, me hicieron sentar en una silla de madera. Ya estaba cansado de intentar escaparme, ya era tarde para volver a intentar.

Él duro un buen rato dándome la espalda, parecía preparar algo.

— "Tienes que escucharme, Jared. Yo no asesine a nadie todo fue un error..."

Se giró hacía mi con una jeringa en la mano.

— "¿Como ese error terminó en un muerto? Y no cualquier muerto, sino el amante de tu esposa."

– "Nadie lo vió. Cuando llegué el cuerpo ya estaba en el suelo."

— "¿Y porqué huías?"

— "Porque todos dijeron que me buscarías a mí por simple hecho de que soy el esposo de Verónica, Jared. Créeme yo no he hecho nada."

— "Cuando te inyecte esto vas a tener poco tiempo..."

— "¡Por favor, créeme! ¡Yo no tuve nada que ver!" — Empecé a gritar al ver que llevaba la jeringa a mí pierna. — ¡Por favor!

— "¡Fui yo!" — Escuchamos detrás y era Verónica. Se encontraba bañada en lágrimas, Jared se giró hacia ella.

— "¡Estas mintiendo...!"— Le dijo.

— "Yo lo hice, Wilson no tiene nada que ver." — Volvió a decir en lágrimas.

— "¿Porqué mienten? ¿A quién encubren? Sino es Wilson ¡¿Quién es?! Tú no fuiste. Entonces dime quién es..." — se comenzó a acercar a ella.

— "Por favor... Jared."

— Tú y tú familia dejaron que esto llegará hasta donde ha llegado, por una mentira. ¡Dile! ¡Dile!" — Le presioné.

Verónica cubrió su rostro con sus dos manos. Parecía estar entre la espada y la pared pero yo estaba dispuesto a no morir.

— "¡Dime ya!" — Le gritó Jared molesto.

Mi corazón quería salir de mi pecho. No quería morir.

— "Fue Ettan..." — Dijo sosteniendo su pecho.

Jared se quedó congelado.

— "¿Qué dijiste?" — Preguntó.

— "Fue...Ettan..." — Dijo y levantó su rostro para mirarlo, y luego caer al suelo.

— "¡Verónica!" — Grité.

Jared se apresuró en levantarla del suelo, julio se encargó de llamar a un doctor que se apareció en cuestiones de minutos. Y ellos desaparecieron dejándome allí.

JARED

Seguía sin creer lo que había escuchado, de alguna forma u otra mi cerebro estaba rechazando la idea que parecía tan estúpida de que Ettan era el asesino.

ME ENAMORÉ DE UN DESGRACIADO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora