ETTHANNo quería si quiera formar algún escándalo, simplemente me dirigí a tomar mis cosas de la habitación mientras él se quedaba de brazos cruzados mirándome.
— "¿A dónde irás?" — Preguntó.
— "Eso ya no te importa."
— "Si me importa. Eres importante para mí, eres a quien amo." — Dijo.
— "Estupideces." — Dije bajando mi maleta de la cama.
— "Se que no vas a quedarte aunque te lo ruegue. Al menos deberías de intentar ponerte en mi lugar, de lo qué pasó no fue intencional."
— "Tus palabras no van a solucionar nada. Y si, tal vez no fue intencionado pero yo no puedo soportarlo y ya está." — Comenté sacando mis cosas al pasillo.
— "¿Donde vas a vivir? ¿Como vas a mantenerte?"
— "Tengo dinero para mantenerme hasta conseguir un trabajo." — Respondí viendo como Mario baja mis maletas.
— "Esto no es lo debido. Amor... voy a pedirte que por favor lo pienses, no me dejes ahora."
— "Esto ya lo he pensado bastante, Jared. ¿Crees que es fácil para mí dejar al hombre que amo? ¿Crees que es tan sencillo simplemente tomar todas mis cosas y marcharme?" — Le dije mientras mis lágrimas rodaban por la mejilla.
— "No tienes que hacerlo amor. Puedes quedarte conmigo... y construir esa familia que tanto deseamos juntos." — Continuó y por momentos podía sentir un quiebre en su voz.
— "De esta forma no va a funcionar." — Le dije.
— "Solo debemos de ponerle empeño ¿no? Etthan... te amo, por favor no me dejes." — Dijo con los ojos cristalizados.
— "Tengo que irme." — Comenté antes de ver sus lágrimas caer o sería tarde para marcharme.
— "Estaré aquí por si decides cambiar de opinión..." — Comentó.
Bajé las escaleras mientras escuchaba su nariz sonar detrás de mí. Me subí en el auto junto con Mario el chófer y no deseaba mirar atrás. No iba a mirar atrás.
Me hospedé en un hotel esa noche, y lloré como un niño acompañado de una botella. Los celos y la envidia me carcomían por dentro. Él a mirar los ojos de ese hermoso bebé que nacería se olvidará totalmente de lo que fue conmigo y querrá tener una familia y ella será su mejor opción.
Mis ojos se hincharon de tanto llorar al igual que mis labios y mi nariz. No podía si quiera mirarme al espejo.
Durante varios días vi sus llamadas pérdidas en mi teléfono, alguno que otro mensaje en el buzón, otras veces algunos mensajes lindos que a pesar de hacerme el fuerte me derretían por dentro.
Así que mientras buscaba el apartamento en cual viviría me preguntaba si era lo correcto volver con él. Le extrañaba bastante y ni si quiera había pasado una semana.
Si realmente quería olvidarle no debía de importarme lo que hiciera así que yo solo estaba intentando poner mi corazón duro y no ser tan sentimental.
Encontré un apartamento lejos de todo el área que pudiese recordarme a él. Solía apagar mi teléfono durante horas cuando él insistía con las llamadas, no estaba listo para poderle escuchar.
Luego de dos semanas, solo ignorándolo,sus mensajes comenzaron a disminuir así como sus llamadas, pensaba que ya empezaba a cambiar su mente y realmente a renunciar a mí. En el fondo era bastante doloroso.
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ME ENAMORÉ DE UN DESGRACIADO.
RomanceJared Kind Bradley conocido por ser un mafioso despiadado, frío y sin corazón, que busca cobrar venganza por la muerte de su mejor amigo Jacob, y que termina enganchando en las trampas del amor al lado de su peor enemigo. ¿Quién será el desgraciado?