7. Uno de ellos está enfermo

203 15 5
                                    

¡Hola guapa!

Este shot narrativamente hablando quizá desencaje un poco con el resto, porque fue escrito en el 2021 mientras que los otros 9 primeros han sido escritos en 2019.

Si has venido buscando el anterior, lamento informarte que ha sido reemplazado por una versión que consideró de una considerable mejorisima calidad. Y es que me interesaba explorar la relación de Guran y Reize de una forma más sería y tranquila que usando humor estrafalario e infantil.

Si has leído el anterior, espero disfrutes aun más este.

Y si eres nueva, pues también espero que los disfrutes.

Porque yo sin duda lo disfruté escribiendo.

*

*

*

. — Hiroto, ¿Cómo te sientes?

. — Ugh...

. — Oh, mi muchacho...

Hiroto observaba, desde la cama de la enfermería, como su padre le tomaba la mano y la apretaba con ligereza, con una expresión preocupada que, sinceramente, le hacía ponerse peor. Peor porque está situación se pudo haber evitado pero por querer seguir jugando había decidido obviar la bandera roja que fue irse a los baños a vomitar durante el intermedio. Él simplemente no quería decepcionarlo porque se había tomado la molestia de estar presente en el partido, y ahora no solo lo había decepcionado sino que también preocupado.

No le estaba siendo útil en la causa. Y para Hiroto eso era como ser mal hijo.

. — P-Padre —. Lo llamaba débilmente. — N-No te preocupes por mí, puedes irte si quieres, yo estaré-

. — ¡Nada de eso! No me pienso ir de aquí hasta que se sientas mejor.

. — De hecho, si me permite decir, señor Kira —. Claro, había alguien más en la habitación aparte de ellos. Hiroto no le daba importancia, tendía ignorar a la gente alrededor de su padre, en especial la gente como Kenzaki. — Tenemos una reunión con cierta persona que no podemos omitir—. La mirada que le mandó el hombre lo hizo actuar rápido. — Entiendo que su hijo sea una prioridad, pero esta reunión beneficiaria mucho el proyecto a tal punto que conseguiríamos más aliados.

Hiroto ya lo veía venir, y eso lo hacía sentir mal. Sabía que su padre le gritaría a su asistente, y por eso fue que actuó para ahorrarse una escena. No quería ser egoísta, pero necesitaba paz. — Padre...—. Lo llamó, y bien que hizo porque el señor estuvo a punto de alzar la voz. —... tengo sueño...—. Vaya, el estomago hacia que le costase horrores hablar a esas alturas, y aunque era una mentira lo del sueño quizá mal no le sentaría.

. — Hiroto...—. Pasó su mano por los rojizos cabellos, suavizando la voz para su hijo preferido. — Volveré cuando despiertes, ¿Sí? Descansa todo lo que necesites. Y por favor, trata de comer algo—. La charola con la pequeña hogaza de pan con queso de untar y el vaso de agua seguían muertos de risa al lado de la cama. El chico asintió y su padre marchó no muy seguro de dejarlo solo.

Pero ya en ella, el pelirrojo cerró los ojos dispuesto en hacer realidad su mentira. Dios, el estomago lo estaba matando, ¿Por qué no había doctor? ¿Por qué mandar hacer una supuesta enfermería si él se quedaría solo allí con todo? Todo bien que más que nada estaban para los de su equipo porque los demás eran provistos de piedra alíen pero lo seguía sintiendo inaudito.

Honey HoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora