14. Perdiéndose en algún lugar

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¡Hola chicuelas!

El día de hoy tenemos algo un poquito más serio. O al menos un intento de algo más serio pero igualmente cargado de mucho amor.

¡Disfruten!

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Midorikawa se sacó los auriculares creyendo que alguien lo llamaba tan solo para enterarse que simplemente fue la misma canción que le hizo creer eso. Y una vez se los sacó, recordó porque se los puso en primer lugar.

. — Escuché que las tiendas de recuerdos son las más monas que tiene para ofrecer Japón.

. — Yo usare una tabla, los esquís son para maricas.

. — Siquiera sabes esquiar, Nagumo...

. — Muero por estrenar mi nuevo gorro.

. — Me pregunto quienes serán mis compañeros de habitación...

Más y más cháchara sin sentido que no quería oir tan temprano a la mañana. Aceptó el pocky que Kinki le ofreció, consolándose que llegarían pronto y por ahí los dejarían dormir en el hotel antes de empezar alguna actividad.

Miró para un costado queriendo ubicar una cabecita roja entre aquel arcoíris que tenía como curso, y encontró lo que quería leyendo un libro sin prestarle atención a nada.

Era loco, su primer viaje para esquiar y Hiroto no solo no se sentaba con él sino que se mantenía lo más alejado posible, sentado en las últimas filas. Nadie sabía porque los mejores amigos se habían peleado, o si realmente estaban peleados, pero los dejaban solos porque todos confiaban que de todas maneras se arreglarían.

. — Me rindo. Despiértenme cuando actualmente lleguemos—. Pidió el moreno acomodándose en su asiento con la chica asintiendo en lo que se ponía a mensajear a quien sabe quién.

De eso fueron quizá unas tres horas más en el bus hasta finalmente llegar al destino de ese viaje escolar: Sapporo.

Se había elegido esa locación sabiamente. La historia, la comida, y la mismísima nieve habían seducido a todos los estudiantes del 3 – A que no lograban ponerse de acuerdo en un destino fijo. Claro, costaba su dineral, y estuvieron todo el año recaudando el dinero tanto con trabajos, venta de comida e incluso la propia familia Kira (que financiaba vasta mayoría de la prefectura académica) terminó de poner lo que faltaba para que los adolescentes tuvieran el mejor hospedaje posible en el hotel.

Ryuuji estaba impresionado del frio, enterrando su nariz aun más en la bufanda. No fue sabio subestimarlo considerando que estuvieron en ese bus con calefacción y ahora les pegaba con más fuerza. Sin embargo, cómo cualquier adolescente y sin perder tiempo, agarró algo de nieve para tirárselo a Hiromu quien no tardó en responder, provocando un efecto domino donde la mitad del curso se unió para una pelea mientras que la otra se acercaba al hotel. Uno de los profesores encargados de vigilarlos rodó los ojos y les llamó la atención dando por finalizada la guerra.

Cuando entraron, la otra profesora ya estaba entregando las llaves para las habitaciones, señalando que había un pasillo donde estarían solo las chicas y otro solo para los chicos, no podían mezclarse ni quedarse en las habitaciones de alguien de distinto sexo. Ryuuji rió ante lo último, para él no había ningún problema en no compartir habitación con las chicas, lo cierto es que por mucho prefería a los hombres.

Honey HoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora