Nueva Compañía, Horizonte Gris y Una Noticia Agridulce.

7.4K 275 317
                                    

III

A pesar de creer que el cerdo llegaría a cualquier hora...No lo hizo.

Por mas que su cuerpo y mente le pedían un merecido descanso, el no pudo dormir, por estar en vela por, la que el creía, que seria una nueva y dolorosa visita de Lenard.

Que desastre.

Los rayos del sol despejaban aquel oscuro y destrozado barco abandonado, que había sido su prisión durante ese largo mes ahí.

Sentía que moriría, o por el cerdo o por la horribles condiciones en que se encontraba.

La noche había sido muy fría.

Red suspiro entrecortadamente, su cabeza dolía por el insomnio y sin olvidar el malestar muscular que sus articulaciones sufrían...La madera fría no es muy cómoda, aunque eso ya lo sabia.

Subió su vista al techo, telarañas y viejas bigas es lo que único que podía apreciar, ademas de la luz del naciente sol que se colaba por los agujeros de aquella cabina.

Estando en ese estado, tan...Limitado. Lo mas entretenido que podía hacer, era transportar su mente a los días de su juventud, esos días donde toda una Isla lo odiaba y creía que no podía existir algo peor...¡Oh!, ¡Claro que puede existir algo peor!.

Sintió la necesidad de llorar, pero no como las otras veces, no de dolor, no de angustia, no de sufrimiento; sino de rabia contenida, llorar de impotencia de salir de ese lugar y no tener idea como hacerlo.

Los primeros días lo intento, claro que lo intento; pero Lenard parecía conocer todos sus movimientos, porque se adelanto a casi todo lo que se le ocurrió.

Las cadenas.
Las cerraduras.
El Hecho de no saber donde demonios esta.
Y el miedo inyectado en su mente para que no intentara hacer nada.

¡Ese maldito lo pensó todo!.

Hasta le aterra saber que ya tenia planeado capturarlo y tratarlo como una vil basura.

¿Es que acaso el universo no quiere que sea feliz?.

¿Que fue lo que hizo para merecer todo esta porquería?.

Cerro sus ojos, dejando que las gruesas lagrimas rodaran con suma libertad por los costados de su cabeza, pero su expresionismo seguía siendo el mismo, una mirada vacía, perdida en su propia laguna mental. Odia no poder hacer nada cuando debería hacer algo.

Desde niño no supo que hacer...¿Que es lo que el destino quiere que sea para tratarlo como un pedazo de mierda?, ¿Acaso cuando la vida les dio aliento a los demás se habrá equivocado con el?, ¿Por que parece que no debió de haber existido en primer lugar?, ¿Fue un error nacer?.

Su pecho ardía ante su propia miseria.

¿Pero puede ponerse peor?.

¡Claro que puede ponerse jodidamente peor!.

Escucho como la puerta era abierta.

No se movió, tampoco es como si fuera necesario, la única persona que entra en esa habitación es Lenard...Pero.

 El Rey dijo que comieras...Y no aceptara un ''No'' por respuesta.— Se sobresalto, ¿Era alguien mas?.

No tenia fuerzas para levantar su cabeza del suelo, pero era voz distinta, como ¿Infantil?, era serena pero no entendía por que estaba aquí.

Escucho pasos, y su corazón empezó a latir mas rápido.

Giro su vista y diviso a una cerda, tenia cabello castaño un sudadera azul lila, tenia algo alrededor de su cuello y estaba moviendo sus dedos en algo que parecía una cajita pequeña, rectangular y delgada.

Te Odio Tanto CerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora