Te Odio Tanto Cerdo

Todo Demonio Empezó Siendo un Bello Ángel.

V

Habían estado ignorándose lo que resto de la mañana, La cerdita había entrado al castillo y se encerró en su propia habitación, no se veía señales de que quisiera salir muy pronto.

Lenard había estado casi de la misma forma.

Aunque, un punto a su favor, era que debía tener la mente ocupada.

Pensaba la manera de buscar un doctor para Red, no le gustaba la idea de que mas cerdos se dieran cuenta del estado tan deplorable del Ave, pero Courtney lo dijo, el no tiene idea de como sanar heridas y esta seguro que ella no es capaz de curar las mas graves del Ave; le preocupa que las heridas de Red se intensifiquen y tengan diagnósticos mas alarmantes.

Un avance de infección es lo que menos quiere ahora.

Estaba camino a su habitación Real, cuando un Cerdo se le cruzo en su camino.

—¡Majestad!.— Hizo una reverencia, se le notaba agitado. —¡Vengo a su presencia con un mensaje de convocatoria urgente al salón principal de conferencias!.— Se coloco de forma rígida. Con sus brazos estirados a cada lado de su cuerpo y la cabeza alzada.

Se le veía sudado y cansado, tal vez había corrido, tenia puesto un uniforme de los soldados de la guardia.

Lenard suspiro agotado.

—Iré enseguida ¿Es el consejo?.— Pregunto mientras restregaba su mano por su barba.

—¡Si majestad!.—El cerdo volvió a ser una reverencia. —¡Con su permiso!.—

—Antes de que te retires ve y diles que si se trata de la Fórmula de Aminoácidos, no hablare nada al respecto, suficientes huevos tenemos para crearla.— Ordeno, antes de reanudar su caminata a su habitación.

—¡Como ordene Mi Rey!.— Escucho pasos acelerados detrás de el.

Gruño en fastidio ¿Es que acaso no lo podían dejar respirar?.

Ya estaba la orden directa de no robar mas huevos, porque simplemente ya no hay ninguno; ellos se encargaron de no olvidar ni al mas mínimo cascaron.

Detuvo su caminar a medio pasillo del palacio.

''—¡¡SON SUS HIJOS!!.—''

Cerro sus ojos, recordando ese grito de desesperación pura de Red, cuando casi estuvo a punto de desarmar las cuerdas que los mantenía cautivos.

Suspiro antes de seguir su caminar.

Le cuesta creer que el Ave mas discriminada de la Isla, fue la que mas se preocupo por aquellos cascarones.

Y por poco logra arrebatárselos.

Sabe y esta consiente de que lo que hizo esta muy mal, es devastador.

No había otra opción, pero...

¿Que tanto había sido el daño que causo?.

Sabe que la anatomía de las Aves es diferente a la de ellos, no simplemente por su complexión física y mental; sino, que también por su forma de reproducirse.

Se autoconvencía de que lo que estaba tomando a la fuerza no eran seres vivos, o por lo menos aun no. Ya que el huevo es aquella, a la que ellos llamarían matriz; donde se encarga de darle seguimiento al proceso de creación de la nueva criatura.

Pero aun así.

Eran... Eran su hijos.

Volvió a detenerse. Sus ojos temblaron, mientras se fijaban en un retrato de el mismo, en grande, a lo largo de la pared y el suelo. Luciendo una expresión serena, y con sus ropas reales junto a su corona y cetro.