Consecuencias de la Inocencia

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VII

Cerro sus ojos, el gratificante olor del agua salada inunda todo al rededor, el brillante y orgulloso mar, aquel paisaje marítimo que le daba los buenos días todas las mañanas, yacía bajo sus pies; mostrando con presunción la amplitud de sus dominios; las extensiones de las olas y las maravillosas criaturas que en el habitan.

El Horizonte que alguna vez creyó infinito, estaba apunto de terminar.

Cuando volvió a abrir sus ojos, una diminuta sombra se veía frente a el, una sombra firme y seca.

La Isla de los malditos que se robaron los huevos y a Red.

Chuck tenia su mirada clavada en aquel punto, el sofocante sol estaba justo arriba del cielo, posiblemente ya eran las doce del mediodía. La Aves que lo acompañaron estaban tirados a lo largo de la madera del bote, con mantas cubriendo sus cuerpos por las quemaduras de la luz natural.

No todas pudieron ir por el tamaño de su improvisado bote, los mas ancianos y las mujeres jóvenes se quedaron en la Isla, cuidando de los demás.

Estaban acalorados y ese fue el motivo para hacer lo que mejor saben hacer.

Quejarse.

—¿¡Cuanto falta!?.Se escucho tras un gruñido. —¡Estoy asándome!.— Un Ave verde aqua levanto sus alas, exasperado y todo sudado.

Mas lamentos se le unieron.

—¡Esta haciendo demasiado calor!, ¡Esto no es bueno para nuestra salud!.Una Ave violeta agitaba su mano en son de abanico contra su cuello.

—¡Hubiéramos traído agua!.—

—¡Debimos organizarnos mejor!, ¡Pero no!. ¡Chuck quería navegar lo antes posible!.—

—¡¡No siento las piernas!!.

—¡Iugh!, ¡¡Aparta tu sudorosa espalda de mis alas!!.

—¿¡Por que vinieron tantos!?, ¡Ustedes solo estorban!.

—¿¡A quien le dices eso!?.— Se escucho mas al fondo de la embarcación. — ¡Tu eres el que no deja de gruñir!.—

—¿¡Que quieres que haga!?, ¡¡Era mejor salir en la noche, cuando el sol no estuviera quemando nuestras plumas!!.—

—¡¡Ni que tuvieras plumas tan bonitas para estar alardeando tanto!!.

—¿¡Quien dijo eso!?.

Chuck estaba perdiendo la paciencia, un comentario mas, solo uno, y le daría un puñetazo a quien fuera que estaría frente a el.

Bomb estaba a punto de sufrir una crisis nerviosa, no sabia como tranquilizar a la bardada de Aves furiosas que cada vez estaban mas y mas inconformes.

—¡Tra-tranquilos!, ¡Por favor!, solo debemos esperar un poco.— Su tono de voz dejaba ver su nerviosismo, pero aun así, se esforzaba por ser lo mas suave posible. —¿¡Verdad, Chuck!?.Se giro, en busca de ayuda.

El moreno casi dio un salto cuando la misma Ave que empezó el alboroto estaba frente a el, apuntándole acusatoriamente.

—¡¡Ya basta de mentiras!!.— Se le veía muy frustrado y seguía sudando en extremo. —¡¡No trates de mentir, esto es una estupidez, sabemos que no llegaremos aun; no sabemos donde estamos, lo único que veo es agua, mas agua y-!!. Hizo una pausa para tomar un buen bocado de aire. —¿¡A que no adivinas!?, ¡¡Mas Agua!!.

Te Odio Tanto CerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora