Mess [✓]

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Se que era una tontería pero cuando vi esa revista lo primero que pensé fue que quería decírselo a Mateo, sin embargo, era obvio que no se lo iba a decir.

Había sido elegida como la modelo que tendría una imagen para ella sola, lo cual me sorprendió porque recién iniciaba.

Fue deprimente lo de Mateo, pero aún así la sonrisa no desapareció de mi rostro.

Estaba sentada en el aula mirando el celular. Alejandro (el fotógrafo) me estaba diciendo que quería verme en la empresa hoy.

Era algo extraño porque hoy no teníamos trabajo, pero insistió con que me tenía una sorpresa.

Dejé el celular y me dispuse a mirar hacia el tablero. Últimamente había prestado más atención para poder pasar los parciales, porque tenía que llevar de nuevo mis notas del colegio.

Miré a Mateo y vi que estaba sonriendo al celular mientras hablaba con Ignacio.

—Gato. —Murmuré resentida.

Levanté mi ceja y bufé.

—Ya está, pueden conversar en sus puestos. —Dijo la profesora antes de sentarse y clavar sus ojos en su celular.

Me estiré en mi puesto y miré a todos hablando entre ellos, me sentí un poco mal de repente por estar sola.

—¡Que lindo día! —Exclamé.

Algunas personas me miraron, unas atentas, otras con indiferencias. Para mi mala suerte, Mateo no fue una de ellas.

—Fui elegida como la única modelo para estar sola en una página. —Dije en voz alta.

Mateo giró a mirarme finalmente y alcé ambas cejas. Él rodó los ojos antes de tocar el hombro de Ignacio y salir juntos del salón.

Suspiré resignada. Idiota.

—Te felicito. —Dijo alguien a mi lado.

Sonreí de lado. —Gracias. —Pronuncié en voz baja.

Cuando el timbre sonó me levanté de mi puesto y tomé mis cosas para irme del aula.

Fui al restaurante y vi que por suerte hoy estaban dando ensalada. No había desayunado hoy.

—¿Me podés dar solo la ensalada? —Miré a la mujer y luego el puré y la carne.

—¿Segura? —Preguntó la mujer frunciendo el ceño.

Asentí con la cabeza. —Y un vaso de agua. —Pedí.

Ella alzó ambas cejas y asintió suspirando.

Tomé mi comida y miré el lugar sin saber donde iba a sentarme.

Caminé mirando las mesas una por una, pero le bajé al ritmo de mis pasos al oír algo.

—Me invitó a salir el próximo sábado. —Era la chica con la que estaba Mateo. —Es tan lindo.

—¿Ya garcharon? —Preguntó su amiga.

—No, pero seguro lo hacemos el sábado. —Dijo ella. —Mateo va a ser mi novio..

Sentí mi sangre hervir y sin poder evitarlo me acerqué hasta su mesa.

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