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—Está mal, te equivocaste aquí... ¿SeokJin? ¡SeokJin!

—¿Qué cosa? —respondí mientras dirigía mi mirada hacia ella—. Lo siento, no estaba prestando atención.

—Me he dado cuenta. —suspiró—. ¿Por qué estás tan distraído?

Como todos los jueves despúes de clases, Chaeyoung y yo nos encontrábamos en la biblioteca para que ella pudiera darme las clases particulares de física. Pero no había estado prestando atención a casi nada de lo que me decía, porque tenía otras cosas más interesantes a las que mirar.

Jisoo, por ejemplo.

Se encontraba varios asientos detrás de Chaeyoung terminando alguna tarea seguramente. Movía su vista del libro a la libreta y de la libreta al libro sin dejar de escribir con los labios entreabiertos. En ocasiones soplaba para alejar algún mechón de cabello que se le venía al rostro. Y yo no podía dejar de pensar en lo hermosa que se veía.

— ... y podremos continuar. ¿Entendiste?... ¡Kim SeokJin!

—¡De verdad que lo siento! —dije mientras resfregaba mis ojos y me acomodaba en mi asiento—. Estoy muy distraído, no sé qué me sucede hoy.

—¿Sólo hoy? Las últimas clases tuve que llamarte la atención varias veces también. Deberías concentrarte más, tus notas son muy malas.

—Lo sé, lo sé, no me lo recuerdes.

Pero ella tenía razón, si quería mejorar debía prestarle atención por más que quisiera salir corriendo de allí. No era su culpa, pero física no era en absoluto lo mío.

—¿Hay algo que te esté preocupando? —preguntó mientras apoyaba sus codos sobre la mesa.

—No. —mentí.

No pareció convencerla.

—Entonces no tienes motivos para distraerte. Préstame atención.

—Está bien. —asentí esforzándome por mantener la compostura ante tan horrible tortura. Los jueves podrían ser perfectamente los peores días de la semana.

—Nuevamente no estás concentrado. —habló luego de un rato que llevaba explicándome lo mismo.

—Claro que lo estoy, es sólo que no me estás explicando adecuadamente.

—Si dejaras de mirar a Jisoo, entenderías sin problema.

La fulminé con la mirada mientras me echaba hacia atrás.

—¿De qué estás hablando?

La castaña rodó los ojos.

—¿Te crees que nací ayer?

—Lo que creo es que te estás imaginando cosas.

—Me importa muy poco tu vida sentimental, sólo estoy aquí para explicarte física y si no me prestas atención tendré que irme. El que tendrá una mala nota serás tú, no yo.

—¡Pero podrías hablar más bajo aunque sea!

—¿Cuándo digo que no dejas de mirar a Jisoo?

—¡Shhh! —dije haciendo un gesto con la mano—. ¿Estás loca?

—¡Oh, Jisoo, adoro la forma en la que hablas. Tus palabras endulzan mis oídos y alegran mi corazón! —exclamó con voz melosa.

—Cállate. —me tapé los oídos con mis manos.

—¡Déjame sentir el sabor de tus labios!

—¡Chaeyoung, ya para!

La chica estalló en risas llamando la atención de algunos en la biblioteca, que le pedían que por favor hablara más bajo.

—¿Crees que Jisoo te haya oído?

—Ojalá que sí. —asintió frenéticamente—. Así terminará esta pesadilla.

—¿Te preocupas por mí?

—Me preocupo por mis créditos extra.

—Qué graciosa eres.

—Ahora sí, cierra esa boca que debes estudiar.

Dios, Jisoo. ¿Todas tus amigas son así de insoportables?

Cómo Conquistar a Kim Jisoo | JINSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora