019

164 30 15
                                    

Creo que nunca había tenido tantas ganas de que un noche jamás terminara hasta la fecha. Las ganas de faltar al Instituto eran cosa de todos los días, pero especialmente ese, deseaba que no hubiera llegado. Porque sino hablaba con Jisoo como había prometido tendría que aguantar a mis amigos haciéndome pasar vergüenza cuando fueran en manada a decirle que a mí me gustaba. Sí, así de infantil había sido la amenaza, así que debía matar todas las posibilidades por las dudas.

Me levanté de la cama aún viendo borroso y tomé el teléfono de la mesita de luz. Por lo menos era temprano y tendría tiempo de desayunar.
Revisé mis mensajes esperando ver el nombre de Taehyung pero nada. Ni siquiera entre los mensajes que habían enviado al grupo mis nocturnos amigos.

Luego de nuestra charla ayer, me pidió que no dijera nada sobre el tema. Que no se encontraba en condiciones de compartirlo con todos todavía, pero que ya encontraría un buen momento para hacerlo. Sentí que quiso decirme algo más, pero no lo hizo y yo tampoco insistí. Simplemente regresamos a casa de Jungkook y fingimos que no había pasado nada.

—Jinnie, hijo, apúrate a desayunar que vas a llegar tarde. —volteó a verme hacia las escaleras con una cara de espanto—. ¡Ni siquiera te has cambiado!

—Mamá, es temprano todavía. —respondí enseñándole la hora en el celular.

—¿Estás seguro que no tienes mal la hora? Cada vez que bajas por las escaleras sé que faltan diez minutos para salir.

—¡Ya no más!

Era muy precipitado decir que cambiaría mis hábitos y me levantaría temprano todos los días, pero quería hacer el intento al menos.

Me senté en la mesa y me tragué el desayuno bajo la mirada atenta de mi madre, quien solo se había preparado un té. Tenía la extraña sensación de que debía apurarme gracias a ella. Si realmente comenzaba a levantarme temprano me sería muy difícil dejar atrás el hábito de tragar en vez de masticar y terminar cualquier comida en menos de cinco minutos.

Subí a ponerme el uniforme y como la temporada de exámenes estaba a la vuelta de la esquina, decidí que ir un rato antes no estaría mal para repasar un poco. En un ambiente de estudio podía concentrarme mejor que en mi casa.

—¿Tan temprano te vas?

—Sí, voy a estudiar un poco antes de clase.

—Ah, ya veo... —se acercó a mí observando mi camisa con aire desaprobatorio—. Mira cómo estás, todo desarreglado. Te dije que me llamaras para ayudar a vestirte.

Solté un bufido rodando los ojos mientras ella trataba de abotonarme bien la camisa y meterla dentro de mi pantalón. Era cierto que en el Instituto eran bastante estrictos con el uniforme, pero ella a veces olvidaba que ya no era un niño.

—Mamá, no hace falta. Debo acostumbrarme a hacer las cosas con un solo brazo por lo que queda del mes. —me acomodé la corbata y tomé mi chaqueta junto a la mochila dispuesto a salir—. Volveré en la tarde a cambiarme y luego iré a la muestra del club de danza así que seguramente cene algo rápido allí.

—Está bien... ¿no necesitas que te lleve? —preguntó aún sin estar convencida de mis palabras. Se había vuelto más sobreprotectora de lo usual desde que me quebré el brazo.

—¡No, todo en orden!

Dicho esto me despedí con un gesto y salí por la puerta más aliviado. El camino al Instituto era un poco lejos pero tampoco tenía prisa en llegar, sobre todo con la idea de que pronto tendría a Hoseok encima molestándome, y al resto de mis amigos.

De: Jin

Para: Tae

Vas al Instituto hoy?

Cómo Conquistar a Kim Jisoo | JINSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora