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Ya era lunes y me encontraba un poco emocionado debido a que era el día donde iría a comprar las cosas junto a Tae, Lisa, la profesora y los demás del equipo de utilería. Como nos había dicho anteriormente, eso significaría menos horas de clase por lo que no podría quejarme. Había hecho firmar a mi madre la autorización el mismo día que me la dieron así que estaba preparado ya para ir. Hasta le había enviado a Taehyung varios mensajes recordándole una y otra vez que la hiciera firmar por sus padres para no tener inconvenientes.

—¡Chicos! —Lisa llegó corriendo frente a nosotros pareciendo recién salida de una maratón—. ¡Qué bueno verlos! Creí que ya se habrían ido...

—¿Pasó algo? La profesora sigue dentro del aula terminando de acomodar unas cosas. —respondí señalando el salón detrás mío.

—¿Los de nuestro curso ya se fueron a la hora de Literatura? —preguntó asomándose a la puerta—. Fui al baño, creí que volvería a tiempo porque quería hablar con Jennie.

—Sí, ya se fueron. Justo la hemos visto hace unos minutos con tus demás amigas. —explicó Tae—. Prueba enviándole un mensaje.

—Ah, bueno. No era tan importante igual. —se encogió de hombros—. Ya luego la veré.

Continuamos conversando de cosas triviales hasta que la profesora se dignó por salir. Comenzó a apurarnos, ¡cuando éramos nosotros los que debíamos apurarla a ella!

—¡Vamos, vamos, entréguenme las autorizaciones! Sin autorización, ¡no salen y se van al aula con sus demás compañeros!

Cada uno de nosotros le entregó los papeles. Como imaginé, Lisa y Tae los habían hecho firmar. Era obvio que ninguno se iba a querer perder la oportunidad de salir de la escuela en vez de quedarnos a ayudar a los estaban ensayando. Y ni siquiera eso, porque todavía no estaban las cosas organizadas.

La profesora anotó nuestros nombres en una planilla y guardándola en el folio que sostenía comenzó a guiarnos a la salida de la escuela. Se sentía raro salir a esa hora.

—Iremos en mi camioneta —mencionó sin dejar de caminar—. Así que no hagan desastre. Ah, qué digo. Por algo los he elegido a ustedes para este trabajo.

Traté de sentirme alagado por eso. Pero no podía negar que hubiera sido divertido ir con todos mis amigos.

Cuando llegamos a la acera donde enfrente donde estaba estacionada, pude darme cuenta que era mucho más grande que una camioneta normal. Nunca la había visto cerca del Instituto.

Sacó las llaves de su bolsillo y abrió la enorme puerta deslizándola. —¡Suban, suban! —hizo un ademán con la mano.

Mientras subíamos como si nos tratásemos de presos, murmuraba algunas quejas que no pude entender. Luego cerró la puerta fuertemente y dio la vuelta al vehículo entrando también.

—Muy bien, por las dudas diré un par de cosas. — aclaró su garganta mientras se abrochaba el cinturón de seguridad—. Quiero que se queden sentados donde están, no se paren ni hagan nada extraño porque es peligroso. La tienda a la que iremos no está tan lejos así que el viaje será corto y no se cansarán. Pueden hablar pero no griten, así no me distraigo.

Los tres asentimos sentados con las piernas abrazadas uno al lado del otro. Lisa estaba en medio de nosotros dos mirando con detenimiento el interior de la camioneta.

—Nos encontraremos con los demás en la tienda. —dijo antes de encenderla y pisar el acelerador.

Por "los demás" supuse que se refería al resto del equipo de utilería.

—Taetae —llamé luego de unos minutos de silencio a lo que el volteó a verme—. ¿Le avisaste a los demás que no estaríamos para el almuerzo?

Cómo Conquistar a Kim Jisoo | JINSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora