Manipulando el flujo de la novela [..]

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Invitación.

Me incline delante del príncipe.

—Emilia Detli, hija del duque y la duquesa Detli, saluda a su alteza imperial—Hice una reverencia cortes.

Su alteza, el príncipe Alex me miro con una sonrisa mientras estiraba su brazo para escoltarme hacia el jardín, ya que me había invitado a tomar el té juntos.

¿Por qué? Seguramente te estarás preguntando, pues la razón es sencilla: Porque sí, porque el rey y la reina quieren y también porque pueden. ¿Alguna objeción? Pues seguramente no.

Acepté con cuidado. Habíamos llegado antes de la noche, porque sencillamente según la carta debía de ser así. Supongo que sería algo así de una reunión y después la cena, ya que aún era de día.

Mientras caminábamos por el jardín imperial, el príncipe solo hablaba de temas aburridos relacionados con el buen clima o las florea y yo solo asentía cada dos por tres o murmuraba un: "ciertamente es así".

El príncipe río suavemente.

—Señorita, ¿Qué es lo que es "ciertamente es así"?—Pregunto mirándome con una sonrisa.

Aún seguíamos caminando y su pregunta me tomo por sorpresa así que lo único que pude pensar fue:

Excelente pregunta, Dorothy.

Piensa, piensa, piensa, piensa..... ¡Lo tengo!

—Su alteza no sé a que se refiere con su extraña pregunta—Lo mire fingiendo estar extrañada—¿Acaso pensó que no lo estaba escuchando?—Pregunte fingiendo una expresión ofendida.

—Ciertamente pensé que la Señorita no me estaba escuchando en lo absoluto.—Confeso el príncipe tranquilamente.

Ahogue un pequeño grito.

—¿Como me atrevería, su alteza?—Negué con la cabeza—Yo no sería capaz de hacer semejante burla a la familia imperial.—Mentí con descaro.

El príncipe asintió con una pequeña sonrisa, a mí parecer no parecía que le convenciera ni un poco.

—La señorita parece alguien realmente inteligente—Halago mientras seguía sonriendo.

Traducción: Te creo una mierda.

—Gracias por el halago su alteza, pero pienso que su alteza no se queda atrás.—Halague.

Traducción: Me hago la loca y te hago una indirecta de que no eres menos inocente que yo.

El príncipe río suavemente, parecía un a angel que cayó del cielo.

Dios..... Lo quiero de regalo para navidad.

pensé asombrada por su belleza, pero lo oculte debajo de una expresión neutra.

—Ya llegamos—Anuncio su alteza.

Estábamos delante de una mesa redonda de aspecto elegante, su alteza me invitó a sentarme y yo obedecí, detrás de mí, estaban mis dos doncellas de compañía: Elizabeth y Merinne, y detrás de su alteza estaba su ¿mayordomo? O algún sirviente cercano a él, no lo sabía con exactitud.