8

2.4K 297 15
                                    


Todos lo mirábamos confundidos mientras se retorcía en el suelo de dolor.

esto era obra de alguien que posee magia.

Pesatañee varias veces y sin perder la oportunidad, me liberé de las cuerdas con mi fuego negro. Luego cree un círculo de fuego alrededor de la pandilla de hombres por si intentaban hacer algo.

Ellos gritaban maldiciones, asi que eleve el fuego tanto que se desmayaron uno a uno. Luego con mi otra mano rodee a los traficantes de personas con mi fuego.

Los niños me miraban con confusión. Entiendo que nunca hayan pensado que un noble venga a esta clase barrios.

Aunque técnicamente el deber de un noble es proteger a su gente, pero supongo que muchos ya olvidaron eso, teniendo como principales problemas como vestirse o como verse frente a los demás.

—¡Para!—Grito uno de los traficantes de personas, mientras acercaba al chico de ojos rojos y cabello rubio hacia si mismo con una daga en el cuello del chico.

Mierda.

—Suéltalo, sino quieres morir—Intente sonar lo más amenazante posible.

Pero por dentro me estaba muriendo de miedo por el cuello de ese pobre niño.

—¡No pienso soltarlo hasta que quites está cosa de mi alrededor!—Contraataco de vuelta.

Hijo de puta.

Poco a poco baje la intensidad de mi fuego, no quería dañar al niño, por lo que obedecí, haciendo que mi fuego se extinguise por completo.

El traficante de personas sonrió victorioso y apretó aún más el cuchillo alrededor del cuello del chico.

—A ver, mocosa, ahora quiero que te acerques lentamente y nada de movimientos precipitados, o sino él morirá, y será tu culpa.

Hice una mueca, pero aún así segui obedeciendo.

Piensa, piensa, piensa, piensa...

Cuando estuve a solo unos cinco pasos del traficante, mis esperanzas se esfumaron, ya que no pude en ningún momento recobrar mi calma.

Y cuando menos me lo esperaba un zapato se estrelló contra la cara del traficante de personas, era un chico que había saltado hacia abajo dándole una patada y dejándome anonadada, pues no me lo había esperado.

Llevaba una capa, pero podía ver algunos mechones de color negro filtrándose.

No jodas, ¿un ninja? ¿ahora? ¿En serio?

Rápidamente con un chasquido con los dedos hizo que todos ellos desapareciesen.

Un momento, ¿qué? Ya me perdí

Tanto yo como el chico rubio compartimos miradas confundidas miramos al chico incrédulos. Pero él antes de que pudiera alguno de nosotros preguntarle algo, desapareció rodeado de humo negro.

—pero qué diablos...—murmuré aún incrédula por lo que había visto.

¿quién diablos era ese?

Sacudí la cabeza rápidamente, aún estaba en peligro, y no era tiempo de pensar en como milagrosamente me salvé. Rápidamente me dirigí al chico que estaba en el suelo y lo tomé del brazo bruscamente, luego lo levanté a la fuerza y me eché a correr.

En ningún momento me gire, pero podía sentir una mirada detrás de nosotros y también podía adivinar que el chico rubio tenía la mirada perdida atrás.

Maldición.

¿En dónde diablos me había metido?

Manipulando el flujo de la novela [..]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora