VIERNES
Las campanadas advierten el comienzo de un nuevo día. Viernes: día de trabajo. Una horrible excusa para poder darle una mayor importancia a el Sábado; día de reposo donde Dios descanso después de crear la tierra.
Me levanto parpadeando varias veces para que mis ojos se acostumbren a la luz. Dándome cuenta de que mi compañera ya hizo a un lado las grises y largas cortinas del ventanal de nuestra habitación.
- Te he dicho mil veces que aún tenemos cinco minutos - me quejo.
- Si. Cinco minutos para recibir la primer amonestación - aclara ella.
- Aun así son cinco minutos - me quejo cubriendo mi rostro con ambas manos.
- El desayuno es la comida mas importante del dia y tu te la pierdes todos los días - dice pasando de un lado de la habitación a la otra - Al que madruga Dios lo ayuda - agrega animada - Hoy me tocan los pasillos.
- ¡Te felicito! - digo rodando sobre mi cama y ocultando mi rostro en la almohada solo añorando el silencio.
- Y a ti te toca... - empieza pero no termina. "Malas noticias" deduzco.
- ¿Que? - pregunto ansiosa.
- El ático.
- ¿Que? - vuelvo a preguntar, lanzando la sábanas a un lado y viendo como Sofía suelta mi tarjeta sobre mi mesa de noche; La tomo casi en el aire y la leo. Con la misma rapidez ahora arrancó la suya de sus manos la cual como ella me informo dice: pasillos.
- Lo siento mucho - se disculpa sin causa alguna.
- ¡Pero aún estoy muy enferma! - exclamó tumbado mi espalda exageradamente sobre la cama y fingiendo una tos.
- Era tu cara la del mal estado no tus pulmones - murmuro, tomando su tarjeta de mi mano y dirigiéndose al baño para admirar su reflejo antes de marcharse.
- ¡Sofía! - la llamó en un molesto quejido - ¡Sofia!...
Ella pasa por mi cama y me mira con ojos cargados de reproche.
- Eso es un ¿no? - preguntó aún esperanzada.
- Te ves espléndida - exagera - "Nunca la vi tan animada";Eso le diré a la señorita Julia.
- Eres una muy muy muy mala amiga - me quejo lanzándole la almohada, pero ella la esquiva a la perfección dirigiéndose a la puerta.
- Te veo en el almuerzo.
- Moriré antes - gritó mientras me levanto de la cama a regañadientes.
Me dirijo al baño enciendo el grifo, cargó de pasta mi cepillo de dientes y comienzo el trabajo de limpiarlos mientras miro mi reflejo.
Estoy pálida, mi cabello castaño está desalineado y sin forma prolija como siempre. Escupo la pasta enjuago mi boca y comienzo a intentar peinarme escuchando el crujido de las hebras del peine.
- Es inútil - me quejo adolorida dejando el peine a un lado y lavando mi cara. Me miro al espejo una última vez, los hematomas en mi frente y pómulo izquierdo ya tienen un color más claro pero aún se notan. Volteó de golpe poco satisfecha tomando la toalla y entonces siento un tirón en mi cuello.
¿Un golpe? ¿Alguien me golpeó en la cabeza?. Comienzo a recordar una blanca mano iluminada a contraluz de unos largos ventanales. ¿Fue un sueño?: me preguntó.
- Apurate Jazmín - grita la señorita Julia desde el otro lado de la puerta - Impuntual como siempre - la escucho quejarse y ruedo los ojos.
En menos de dos minutos ya estoy en las escaleras con mi camisa blanca, jumper gris, realizandome una coleta alta y buscando mi...
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Nadie te escuchará
Short Story¿Qué pasa cuando cuentas muchas historias sobre el lobo y un día aparece? Jazmín es una adolescente con una gran imaginación a la que le gusta contar e inventar muchas historias a sus amigos y compañeros, pero en una noche de insomnio conocio a un...