Capitulo 2 "El ático"

88 13 0
                                    

VIERNES

Las campanadas advierten el comienzo de un nuevo día. Viernes: día de trabajo. Una horrible excusa para poder darle una mayor importancia a el Sábado; día de reposo donde Dios descanso después de crear la tierra.

Me levanto parpadeando varias veces para que mis ojos se acostumbren a la luz. Dándome cuenta de que mi compañera ya hizo a un lado las grises y largas cortinas del ventanal de nuestra habitación.

- Te he dicho mil veces que aún tenemos cinco minutos - me quejo.

- Si. Cinco minutos para recibir la primer amonestación - aclara ella.

- Aun así son cinco minutos - me quejo cubriendo mi rostro con ambas manos.

- El desayuno es la comida mas importante del dia y tu te la pierdes todos los días - dice pasando de un lado de la habitación a la otra - Al que madruga Dios lo ayuda - agrega animada - Hoy me tocan los pasillos.

- ¡Te felicito! - digo rodando sobre mi cama y ocultando mi rostro en la almohada solo añorando el silencio.

- Y a ti te toca... - empieza pero no termina. "Malas noticias" deduzco.

- ¿Que? - pregunto ansiosa.

- El ático.

- ¿Que? - vuelvo a preguntar, lanzando la sábanas a un lado y viendo como Sofía suelta mi tarjeta sobre mi mesa de noche; La tomo casi en el aire y la leo. Con la misma rapidez ahora arrancó la suya de sus manos la cual como ella me informo dice: pasillos.

- Lo siento mucho - se disculpa sin causa alguna.

- ¡Pero aún estoy muy enferma! - exclamó tumbado mi espalda exageradamente sobre la cama y fingiendo una tos.

- Era tu cara la del mal estado no tus pulmones - murmuro, tomando su tarjeta de mi mano y dirigiéndose al baño para admirar su reflejo antes de marcharse.

- ¡Sofía! - la llamó en un molesto quejido - ¡Sofia!...

Ella pasa por mi cama y me mira con ojos cargados de reproche.

- Eso es un ¿no? - preguntó aún esperanzada.

- Te ves espléndida - exagera - "Nunca la vi tan animada";Eso le diré a la señorita Julia.

- Eres una muy muy muy mala amiga - me quejo lanzándole la almohada, pero ella la esquiva a la perfección dirigiéndose a la puerta.

- Te veo en el almuerzo.

- Moriré antes - gritó mientras me levanto de la cama a regañadientes.

Me dirijo al baño enciendo el grifo, cargó de pasta mi cepillo de dientes y comienzo el trabajo de limpiarlos mientras miro mi reflejo.

Estoy pálida, mi cabello castaño está desalineado y sin forma prolija como siempre. Escupo la pasta enjuago mi boca y comienzo a intentar peinarme escuchando el crujido de las hebras del peine. 

- Es inútil - me quejo adolorida dejando el peine a un lado y lavando mi cara. Me miro al espejo una última vez, los hematomas en mi frente y pómulo izquierdo ya tienen un color más claro pero aún se notan. Volteó de golpe poco satisfecha tomando la toalla y entonces siento un tirón en mi cuello.

¿Un golpe? ¿Alguien me golpeó en la cabeza?. Comienzo a recordar una blanca mano iluminada a contraluz de unos largos ventanales. ¿Fue un sueño?: me preguntó.

- Apurate Jazmín - grita la señorita Julia desde el otro lado de la puerta - Impuntual como siempre - la escucho quejarse y ruedo los ojos.

En menos de dos minutos ya estoy en las escaleras con mi camisa blanca, jumper gris, realizandome una coleta alta y buscando mi...

Nadie te escucharáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora