3| Dramática

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Es increíble la cantidad de tiempo que puede llevar el llenar papeleo

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Es increíble la cantidad de tiempo que puede llevar el llenar papeleo. Y esto que ni siquiera lo estaba haciendo yo. Sin embargo, parecía que la cosa continuaría por unas cuantas horas más. Baje mi rostro a mis pies, que se mecían de abajo hacia arriba a tiempos distintos.

Después de haber estado viendo a mis tres nuevos individuos de experimento por un largo tiempo, me di cuenta que mis "instintos" funcionaban de manera perfecta en Aaron y Benjamín.

No podía decir lo mismo de mi tutor, Philip.

En cuanto este se acercaba, mi habilidad sufría algún tipo de bloqueo automático. Y no digamos mi pobre corazón.

Mis ojos lo buscaron, conectados con mis pensamientos. Me tope con su espalda cubierta por una camisa manga larga negra de cuello. Su cabello dorado un poco desordenado, pero aun así lo encontraba guapísimo.

Y como si supiera de mis pensamientos sus ojos como esmeraldas se encontraron con los míos. Sonreí mientras apreciaba el flequillo en su frente.

Sin importar como lo mirara, era muy guapo.

O, mejor dicho, muy mi tipo.

En cuanto el aparecía en mi campo de visión mi corazón sufría de un colapso silencioso.

Y era un inmenso alivio de que ese fuera el caso. La idea de estar toda roja tartamudeándole no me apetecía en lo más mínimo.

Con una ceja alzada este se giró y siguió hablando con uno de los encargados mientras llenaba los dichosos papeles que autorizaban mi salida de este hospital psiquiátrico o como yo le digo, de mi pequeño mundo.

Tal vez mi aburrición era muy notable, pues Aaron se acercó a mí y tomo asiento en la silla de plástico de un azul chillante a mi lado.

— Dentro de un momento Philip terminara y nos podremos ir. — sonaba a un adulto diciéndole a su pequeño impaciente que se esperara un momento, que pronto conseguiría lo que tanto quería.

Pero no me molesto.

En las cuatro horas que habían pasado desde que lo había conocido me di cuenta de una sola cosa. Gire mi cuerpo hacia el costado, hasta que mis rodillas tocaron sus muslos e incline mi cuerpo hacia adelante.

— ¿Se nota mucho? — susurre suavemente sobre su oído, mis labios casi tocando su oreja.

Aaron me miro por el rabillo del ojo para después sonreír, — Si te refieres a tus ansias por salir de este lugar, sip.

Sonreí ligeramente, sin apartar mis ojos de su rostro.

Aaron es excesivamente tranquilo.

Sin importar lo que pase a su alrededor logra mantener la calma por completo y actuar según la situación lo requiera.

Claro, esto es solo una suposición de mi parte. Pero no todos logran mantener la calma cuando alguien tan bonita como yo los seduce.

— Ya nos podemos ir.

Sus Ojos de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora