Lo había imaginado muchas veces. El momento en el que por fin saldría de ese mundo blanco y lleno de sedantes. El momento en el que lograría recuperar mi libertad. Más sin embargo, jamás en mi vida llegue a pensar que extrañaría esas cuatro paredes...
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No me molestaba para nada el ver innumerables arboles llenos de nieve pasar a gran velocidad a través de la ventana. Aunque en realidad ellos no eran los que se estaban moviendo, sino nosotros.
En todo caso, no culpaba a los hermosos árboles y a la nieve por mi aburrimiento.
Dirigí mi mirada hacia mis tres acompañantes.
Todos en silencio y sin movimiento alguno. Claro, excluyendo a Aaron que lo único que hace es mover las manos y los pies. Sinceramente; dos de ellos parecen maniquís y el otro parece robot programado para hacer una sola acción.
Puse los ojos en blanco para luego pasarme una mano por el rostro.
Me había quitado los guantes en cuanto había subido al carro, al igual que el abrigo. De todos modos, frío no sentía por la calefacción. Lo extraño era como solo yo llevaba cinturón y los demás no.
¿Acaso se creen que los accidentes no pasan?
Aghhh.
La imagen de mis padres ensangrentados se presentó en mi memoria. A lo que solo pude arrugar el rostro en seguramente una mueca horrible.
Miren en lo que me hacen pensar, imbéciles.
— ¿Acaso no piensan usar el cinturón? — después de unos cuantos minutos no pude resistirme a la tentación de reprochárselos.
O esa era mi intención.
Porque no funcionó.
— ¿Tan mal conduzco? — Aaron se lo tomo personal enseguida.
— Yo no dije eso, pero si es lo que crees personalmente no te detengo.
— ¡Y yo que pensé que eras tu él que le caía mejor Aaron! — Ben se aseguró de echar más aceite al fuego y en cuestión de segundos, la cosa se había vuelto una crítica.
— ¿En serio? ¿Ese es el caso Ash, te cae mejor Aaron que yo? — Phil me volteó a ver con cara ofendida y yo solo pude poner los ojos en blanco.
¡Yo debería decir eso!
¿Como es que un consejo se convirtió en un argumento a discutir?
Oculto mi rostro en mis manos mientras los escucho seguir discutiendo.
De repente sonó una alarma.
En mi cabeza, mis "instintos" gritaban peligro.
Levante el rostro en cuanto lo sentí. Pase mis ojos por mis compañeros, quienes parecían completamente normales e inmersos en la discusión de antes.
¿Cuál es el origen?
De ellos no sentía absolutamente nada, pase mi mirada alrededor del auto, nada.
Mierda. Lo peor que puede pasar al sentir un peligro es no saber el origen.
Piensa Ash, piensa. Tarde tres segundos en darme cuenta que si el peligro no estaba adentro entonces, estaba afuera.
