|✿DELICADO✿| [kooktae]

VIII

Después de la universidad, Taehyung se fue a tomar el helado junto a Yoongi. Chani se fue con su pareja a su hogar y Sungjae a caminar por ahí.

Pero hoy no hablaremos de ellos, hablaremos del chico misterioso. Jeon Jungkook.

Ese nombre que está de boca en boca, sea para un comentario bueno o uno malo. La verdad es que la mayoría eran buenos, el chico era un tipo ejemplar ante los ojos de los profesores y sus mayores. Una de las mejores notas le pertenecía, un chico deportista y energético, que está en forma y es muy inteligente. Todo un galán.

Estás cualidades son envidiadas por todos, pero a él poco le importa.

Desde que fue muy pequeño siempre tuvo la presión social, el que dirán rondaba en su cabeza. Y es que es más que obvio, proviene de una familia muy adinerada, de genes dominantes e imponentes. Está más que claro que debe mantener su reputación en alto, cualquier movimiento en falso y todo se va abajo.

Sin embargo, este joven tiene su lado oscuro, el cual solo pocos conocen. De su físico saca provecho, de su posición social también. Es toda una mente, sabe a quien tener de su lado y a quien no, máquina cada uno de sus movimientos. Analiza a todas sus presas. Este chico, es un peligro.

Pero bueno, localicemos a este joven alfa. Que ahora mismo se encuentra en la casa de sus padres.

- Jungkook, querido. ¿Que es de tu vida? - La voz fría de su madre retumbó en sus oídos - Ya no nos visitas. Ni siquiera respondes los mensajes.

El chico rodo los ojos, y con mucha educación y fastidio le respondió. - Lo siento, he estado muy ocupado, madre.

Pasos se oían a través del pasillo, anunciando que su padre se estaba acercando. El podría reconocer esa fuerte pisada a kilómetros.

- Mientras mantengas tus notas y no pongas el apellido de la familia en bajo, estoy satisfecho.

Jungkook quería correr de allí, siempre era lo mismo. - Lo se, a menudo lo recuerdas.

El alfa más grande miro a su hijo, quién estaba sentado en la mesa sin ninguna expresión. - Solo espero que no nos decepciones.

Un suspiro pesado se presentó, provino del menor.

La madre, al ver a escena, decidió romper la tensión. - El sábado que viene vendrán tus tíos. Tienes mucho tiempo que no los ves.

- Estaré ocupado. Tengo que presentarme en el labor social. Soy voluntario.

- Ah... Bueno. - La mujer se oyó un poco triste.

- Déjalo, el no quiere relacionarse con la familia.

Y así el señor Jeon abandono la sala. El nunca fue de muchas palabras, cosa que ya todos se acostumbraron.

Jungkook quería irse, pero no podía dejar a su madre sola. Además, no tenía ni media hora en esa casa.

Y como si su madre pudiese leer su mente, le dijo que estará ocupada, que si el quería podría retirase.

- ¿Esta segura?

- Claro, otro día podré visitarte. Llevaré galletas o pancitos. - Sonrió.

El oso se levantó y abrazo a su madre. Se despidió de su padre antes de irse, pero como era de esperarse, solo le hizo un gesto con su mano.

No es que fuese un chico problemático, porque como ya se mencionó, es un ejemplo a seguir. Simplemente, su padre no es alguien muy empático, desde que nació siempre fue así. En cambio su madre, siempre trato de llenarlo de amor, pero por el estrés que su padre le dejaba, el pobre chico se volvió frío y lejano.