CAPÍTULO 10

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Este capítulo es celebrando que tenemos la primer portada mandada hacer por otras de wattpad, usuario @mikitamorena. Si necesitan una portada pasensé, se la recomiendo.

Los quiero, nenes. Bye.

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 Respira profundo, Helena.

Uno, dos, tres.

No debe de ser tan malo.

Cuatro, cinco, seis.

Tienes seis días.

Siete, ocho, nueve.

¿Qué podría salir mal?

Diez.

Tranquila.

Lo único que escuchaba en este momento eran los latidos de mi corazón retumbar en mis oídos a pesar de tener a dos personas ruidosas a mi lado.

-¿Pero por qué está haciendo esto? -alcancé a escuchar distorsionar la voz de mi tío a un hombre, era un hombre moreno y alto pero la barba junto su ropa le hacían verse más bajo.

-Porque esas son las reglas. Espérele afuera -finalizó el moreno con el ceño fruncido antes de marcharse.

-¡Qué gente! -se quejó mi tío mientras daba la vuelta. Se sentó en el asiento junto a mí.

Le miré algo confundida, no le había puesto la más mínima atención a nada desde que llegamos y una secretaria vestida de marrón condujó a Matías a la sala de juntas en la que había estado junto con mi tío, no sin antes tirar una hoja de papel violeta cerca del sillón en el que estaba.

Mi tío me miró por un momento con una expresión que jamás le había visto antes, pero al instante se le borró.

-Él estará bien, nena -me dijo para tranquilizarme, pero no tenía claro el porqué.

-No estoy así por Matías -dije rodando los ojos.

-¿Entonces? -se veía ahora confundido realmente.

-Tío, -dije acercándome a él; pensé en decirle lo del papel violeta ya que no se había percatado cuando lo tomé, pero preferí guardarlo por el momento- en menos de siete días se supone que deberé tener el cristal incrustado.

-Lo sé, Hele -dijo-. No he podido dormir bien desde entonces.

No me había percatado de su falta de sueño, pero ahora que lo tenía presente podía notar sus ojos cansados, sonrisa ladeada y frente arrugada. No descansaba desde aquel día. Por mí. Por culpa de esta maldita logia.

No podía mirarlo a los ojos, solo dije lo primero que se me vino a la mente.

-Necesito saber con qué de mi cuerpo funciona el cristal.

-Es una piedra, casi popo de ballena, no es que funcione con tus huesos, músculos o sangre -dijo mi tío encogiéndose de hombros cansado.

Lo miré mal, pero reparé en lo que dijo.

<<huesos, músculos o sangre>>

-¿Y si en realidad funciona con alguna de esas?

Me miró sorprendido pero enseguida negó firmemente.

-Eso es absurdo, no hay forma de que suceda -dijo cansado aunque pareció pensarlo-. Aunque, si fuera posible, no tenemos la forma de saber si llegaría a funcionar alguna vez porque la piedra está custodiada.

<<custodiada>>

Me asenqué un poco más a mi tío y a la altura de su oreja susurré:

Pedazo de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora