CAPÍTULO 6

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CIUDAD QUARZ noviembre 2004

-¿Qué sucedería si no recibo mi cristal, tía? -pregunté asustada- ¿Crees que moriría, como tú? -dije con un hilo de voz.

-Nena, fue un error mío no encontrar una solución en vida, pero en mis visiones como las tuyas me daba cuenta de cosas. Hay otras formas de vivir sin que introduzcan parte del cristal dentro de ti -dijo acariciando mis cabellos.

-¿Sabías que necesitabas el cristal? -pregunté confusa.

-Lo supe a los 19 y 4 meses, la piedra que me pertenecía era la aquamarin*, a este cristal la profecía le regaló 19 años y 5 meses; sólo me quedaba un mes. No sabía qué hacer exactamente -dijo con la mirada húmeda.

-Tía -gemí. -¿Có... cómo es que te enteraste tan tarde siendo que estabas en la misma ciudad que los de esa logia?

-Espumita, ellos no siempre estuvieron aquí. Ellos vivían en la ciudad más rica. Diamant -dijo con la mirada perdida.

Ahora recordaba que mi tío me dio que ella había ido a Diamant cuando le dijeron de mí.

-Se mudaron a Aquamarin cuando supieron que la primer ficha de su tablero había muerto.

-¿Por qué? -pregunté atónita

-No lo sé, ahora espero a una persona que está en la misma barrida que nosotras -dijo mirando hacia una puerta blanca. Estábamos paradas frente a una puerta de una casa muy mona; era grande, amarilla y llena de ventanas y flores por enfrente de ella; había unas escaleras delante de la puerta con barandales negros a sus lados.

-¿Tía... por qué la profecía decía que yo sólo podría sobrevivir sin el cristal 17 años y tres meses? -pregunté pidiendo a gritos una explicación.

-La profecía decía que a cada piedra le llega el tiempo de morir y apagarse, a menos que le des algo a cambio -dijo como si ella hubiera escrito la profecía -, a ti, el quarz daba únicamente 17 y 3 meses de regalo por ser el elegido.

-¿¡Pero qué mierda!? -exclamé furiosa

-Calma, Hel, todo ira bien. Estaré siempre contigo aunque no me veas -dijo tratando de tranquilizarme.

-Tía, ¿por qué tú nunca me llamas Waas como todos los del cristal? -pregunté secándome una lágrima

-Porque, espumita, yo no formo parte de las personas que debes buscar, ellos, al momento de dejar mi cuerpo, ya no podían hacer más que rendirse, pues yo ya no había entrado en su juego... por eso ellos están custodiando mi piedra, para que no muera como yo. -hizo una pausa rascándose el puente de la nariz- Hay otra persona que aun necesita el cristal, esa persona no sabe que lo necesita para vivir...tienes que buscarla mucho más que a las otras, pues ella no aparecerá en tus sueños... -hizo una pausa poniendo su mano en su tobillo derecho- yo no puedo ayudarte en ello, no puedo ver nada de la logia porque... ¡Yo no pertenezco a esa logia maldita! -gritó eso ultimo haciendo que el cielo se nublara y sus ojos se tornaran blancos.

-¿Tía... tía Fani? -tartamudeé alejándome de ella lentamente. Me asustaba.

-Busca la solución, Helena, tienes 4 meses para conseguirla. Sálvate por las dos -dijo con una voz profunda que jamás le había oído. Se comenzó a abrir la puerta blanca.

-Waas... necesi... -dijo una voz sin terminar

-¡Helena Waas! -gritó alguien.

Enseguida todo era negro.

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